Enclavada en un entorno natural increíble, el espejo de agua tiene un colorido margen blanco en sus orillas, por tratarse de una zona de salitrales. De hecho, en General San Martín está la mayor producción de sal de la provincia, y desde hace tres años se realiza en febrero, la Fiesta Nacional de la Sal.
Volviendo a la laguna, es un lugar ideal para pasar un día completo, ya que está dotado de las comodidades necesarias: mesas, bancos, parrillas, baños, abundante sombra, y recientemente se ha finalizado un parador, donde se venderán las cosas más esenciales para quienes vayan a visitarla.
Para quienes deseen estar aún más en contacto con la naturaleza, hay espacios para acampar en un ambiente silencioso, y donde la fauna es bastante amigable. No es de extrañar que por ejemplo los zorros se dejen ver sin asustarse, como asimismo algunos avestruces que habitan campos vecinos.
Hay un bosque por el que se puede caminar y llegar hasta una segunda bajada.
Llegado el atardecer, es muy placentero caminar sobre la extensa playa blanca o, en todo caso, admirar el paisaje desde el muelle-mirador instalado sobre la bajada principal.
El camino hasta la laguna desde General San Martín, es asfaltado. Sólo los últimos dos kilómetros aproximadamente, son de ripio, pero en perfecto estado para llegar en cualquier vehículo.
No se permiten mascotas en el lugar, ya que la idea es mantener como una reserva al sitio que fue inaugurado el año pasado con nuevas instalaciones, después de un tiempo en el que había estado semi abandonado.
En el siguiente video podrán ver no sólo el lugar, sino también conocer las experiencias vividas por algunos de sus visitantes.
(*) GERARDO ALAINEZ
Productor audiovisual