Además de evacuar la producción minera, permitiría transportar arenas cuyanas para el fracking de Vaca Muerta y productos regionales.
En paralelo al avance del ferrocarril Unión Pacífico, un tren de cargas que en una primera fase conectará Realicó, en La Pampa, con la localidad mendocina de General Alvear, surgió otra iniciativa con fuerte potencial logístico: el proyecto Meridiano 68.
Esta traza, planteada como una extensión de la inicial, que aunque tiene asignado financiamiento todavía no se concreta, apunta a unir San Juan con Neuquén, en esa latitud, pensando especialmente en cubrir la creciente demanda de transporte de la industria minera, y también de Vaca Muerta y las economías regionales.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) es uno de los actores que públicamente viene celebrando y alentando la concreción de este nuevo ramal, que apunta a tener un impacto más amplio que el minero.
Ramal multipropósito
“En principio, esto será beneficioso para la industria minera, pero también para sacar los productos de las economías regionales, como vinos, aceite, aceitunas, pistacho, cales. Por las características de trocha ancha del proyecto, estamos ante la posibilidad de recuperar un ramal multipropósito que impactará en todo el país”, explicó Dino Minnozzi, secretario de Servicios de CAME.
Según Pablo Martorelli, gerente de explotación técnica del Consorcio Ferrocarril Unión Pacífico, la idea del Meridiano 68 surgió para complementar al proyecto principal, a partir de la demanda de distintos sectores productivos.
Por el río Colorado
Uno de los ramales del Unión Pacífico llegará hasta los yacimientos de sales de potasio en el sur de Malargüe, y desde allí, cruzando el río Colorado, ya pisará suelo neuquino. Por otra parte, el plan indica que se podrían recuperar trazas existentes para extender el tendido hacia el norte, hasta San Juan.
Arena de San Juan
La razón de fondo está en Vaca Muerta: el desarrollo petrolero no convencional requiere enormes volúmenes de arena, y San Juan podría convertirse en un proveedor clave.
De allí nació la idea del Meridiano 68, llamado así por su ubicación geográfica. Martorelli –también director de Proyectos del Instituto Argentino de Ferrocarriles– contó que el entonces diputado nacional Marcelo Orrego -hoy gobernador- tomará la propuesta y la llevará al Congreso. La iniciativa fue aprobada como proyecto de declaración de interés.
Tren de cargas en marcha
Al día siguiente de ser electo gobernador de San Juan, Orrego se comunicó con Martorelli, y una vez en funciones, comenzó a impulsar el plan.
Hoy, el trabajo articulado incluye a la CAME, cámaras empresarias de Mendoza y la Federación Económica de esa provincia (FEM). El objetivo es claro: articular con los sectores productivos para obtener la información necesaria y avanzar en el desarrollo operativo del proyecto.
Además del trazado, se necesitan estudios técnicos y económicos, definición de cargas (contenedores, cisternas, tolvas, etc.) y análisis detallado de los puntos de origen y destino, evaluando su conexión con la red activa del ferrocarril San Martín.
También se está gestionando el financiamiento, con respaldo de la CAME y de la Cámara Minera de San Juan. Aunque se trata de una obra costosa, se estima que la tasa de retorno por el transporte de grandes volúmenes de carga minera podría justificar la inversión.
Unión Pacífico
El proyecto Unión Pacífico, en tanto, se divide en cuatro etapas. La primera ya tiene contrato de financiamiento internacional firmado desde noviembre de 2019, pero por distintas causas, el Estado nacional todavía no activó la ejecución.
Según Martorelli, “si hoy surgiera la autorización, se está en condiciones de empezar a trabajar de inmediato”.
Realicó-General Alvear
Esa primera etapa contempla una inversión de US$1.000 millones para reconstruir completamente la traza entre Realicó y General Alvear, incluyendo estaciones, señalización, talleres, telecomunicaciones y playas de carga.
Luego, el tendido avanzará hasta Malargüe, y en Buenos Aires, se ejecutarán mejoras claves para aumentar capacidad y velocidad.
Martorelli también remarcó que el ferrocarril tiene una vida útil muy superior a la de las rutas, que “con el tráfico de cargas se rompen en cuatro o cinco años”. De todos modos, planteó que el transporte ferroviario y el automotor pueden complementarse, no competir.
Si todo el corredor se concretara -incluidos los pasos internacionales a Chile por Pehuenche, Las Leñas o El Planchón-, el sistema permitiría conectar con once puertos en Argentina y tres en Chile.
“Los tendidos actuales fueron pensados en 1950, y hoy tenemos que reconstruirlos para el 2050. No queda mucho”, advirtió Martorelli.
(dinamicarg)