Una mujer que cometió un fraude, un robo y dos hurtos, y que realizó compras con una tarjeta de débito por casi 300.000 pesos, fue condenada a dos años de prisión de cumplimiento efectivo.
A través de la sentencia dictada por el juez de control santarroseño, Néstor Daniel Ralli, contra Sonia Marcela Torres (40 años), se homologó el acuerdo de juicio abreviado que habían presentado el fiscal general Guillermo Sancho, el defensor particular Carlos Pérez Funes, y la propia imputada, quien admitió la autoría de los cuatro hechos.
Así, Torres fue condenada por ser autora de los delitos de defraudación por el uso de tarjeta de débito previamente sustraída, robo simple y hurto simple en dos oportunidades. Además, Ralli le revocó la condicionalidad de la pena impuesta, en agosto del año pasado, a un año de prisión en suspenso, por defraudación mediante la utilización de tarjetas de crédito que habían sido previamente hurtadas, en cinco oportunidades; y unificó ambos fallos en una pena única de dos años de prisión.
Hace un mes, el 22 de junio, la acusada sustrajo una tarjeta de débito de una billetera en la vivienda donde realizaba tareas domésticas. Con ese plástico realizó dos extracciones de 10.000 pesos en cajeros automáticos, y efectuó seis compras en cuatro comercios (entre ellos, un supermercado, una estación de servicio y una panadería) por 275.000 pesos. Al día siguiente, Torres regresó a la casa, y a través de las rejas, arrojó la billetera con la tarjeta de débito.
Los otros tres delitos los cometió entre mediados de abril y los primeros días de mayo. El 16 de abril se apoderó de 10.000 pesos que estaban en una caja de madera en un placard, a la que dañó con un cuchillo. La acusada le pidió a una mujer pasar al baño de su casa porque se sentía descompuesta, y en esas circunstancias cometió el robo. La damnificada constató el faltante de dinero al día siguiente.
A su vez, el 22 de abril, sin ejercer fuerza ni violencia, se apoderó de un celular y 12.000 pesos que estaban en un modular. Para ello, se presentó en un domicilio y le dijo al propietario que la había enviado “un vecino de dos cuadras atrás”. El hombre la dejó pasar y sufrió el hurto.
El cuarto hecho se produjo el 3 de mayo. Torres se hizo de una alianza de oro de 18 kilates que un hombre había guardado previamente en presencia de la acusada.
Para llegar a la condena se tuvieron en cuenta, entre otras pruebas, las filmaciones de tres casas, de cuatro comercios, e informes de un banco.