El músico santiagueño Mario "Musha" Carabajal murió este domingo, a los 72 años, tras una larga lucha contra una enfermedad. Fundador del mítico grupo Los Carabajal, su obra dejó una huella imborrable en la música popular argentina. Su legado resuena en generaciones de artistas que heredaron su pasión por el folklore.
"Con el corazón lleno de dolor, anunciamos la partida de nuestro amado Mario "Musha" Carabajal, pilar esencial del legendario grupo Los Carabajal. Su memoria perdurará en nuestra música y en nuestros corazones. Pedimos oraciones por su descanso eterno, después de enfrentar con coraje una dura enfermedad. Agradecemos su respeto y apoyo a la familia en este momento tan difícil", expresó la banda en un comunicado difundido este mediodía.
En las últimas semanas, la salud de "Musha" había desmejorado a causa de una enfermedad que no se dio a conocer, por lo que el grupo había informado su desvinculación. En medios santiagueños, el propio “Musha” reflejó su dolor al revelar que “a mí me sacaron del conjunto”. Días atrás había sido internado en un centro de salud de la Ciudad de Buenos Aires, donde finalmente falleció.
Mario "Musha" Carabajal nació en La Banda, Santiago del Estero, el 24 de septiembre de 1952, en el seno de una familia marcada por la música y la tradición. Junto a sus hermanos, tíos y primos, fue parte fundamental del surgimiento de Los Carabajal, grupo que transformó el panorama del folklore argentino desde la década del ’60.
"Musha" fue un percusionista excepcional y un cantor entrañable, pero también un artesano de la memoria popular. A lo largo de más de cinco décadas, construyó una obra que incluye decenas de discos junto a Los Carabajal, y proyectos paralelos como Los Musha, conformado junto a sus hijos y sobrinos, continuando la dinastía musical.
Musha y su estilo único
Dueño de un estilo particular con el bombo legüero, era capaz de marcar el pulso exacto entre la tierra y el corazón. Su técnica, aprendida en los patios familiares y perfeccionada en escenarios nacionales e internacionales, es hoy modelo de estudio para muchos músicos jóvenes.
Los Carabajal marcaron una época al modernizar el repertorio folclórico sin traicionar su espíritu. Obras como Desde el alma del pueblo, La Flor Azul, Entre a mi pago sin golpear y De Simoca, son parte del cancionero argentino. En todas ellas, la presencia de Musha era clave: su voz, su ritmo y su carisma sobre el escenario lo volvieron inolvidable.
Participó en los festivales más importantes del país: Cosquín, Baradero, Jesús María, y también llevó el folklore argentino a escenarios internacionales en América Latina y Europa. Su humildad contrastaba con su grandeza artística. Era común verlo compartir con artistas emergentes, aconsejarlos, motivarlos, abrirles puertas.
"Musha" también tuvo un rol social: participaba activamente en actividades culturales y solidarias en Santiago del Estero. Fue impulsor de espacios para la juventud, talleres de percusión, peñas comunitarias y encuentros populares. Siempre sostuvo que la música era una forma de transformar la realidad y acercar a las personas.
Tal es así, que su fallecimiento genera un profundo pesar en el mundo de la música popular argentina. Decenas de artistas lo despidieron en redes sociales, recordando anécdotas y compartiendo fotos con él.
Su primo Peteco Carabajal fue uno de los primeros en expresarse: "Se fue un hermano del alma, un compañero de la vida. Lo vamos a extrañar en cada bombo que suene", escribió.
En tanto, la Municipalidad de La Banda decretó tres días de duelo, y preparan un homenaje popular con músicos locales y nacionales. También se ha propuesto que el Centro Cultural del barrio Mishqui Mayu lleve su nombre.
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