El mundo del espectáculo despide con tristeza a Lidia Catalano, una artista que dedicó su vida a la actuación y que marcó una época en cada escenario que pisó.
Catalano nació el 11 de septiembre de 1945, se formó con grandes maestros como Hedy Crilla y dio sus primeros pasos artísticos junto a Julio Ordano y Agustín Alezzo.
Desde 1976, era afiliada a la Asociación Argentina de Actores, donde tuvo una participación activa y comprometida. En 2003, recibió el prestigioso Premio Podestá a la Trayectoria Honorable, un reconocimiento entregado por el sindicato junto al Senado de la Nación.
Una carrera inolvidable
En el cine, dejó su sello en películas icónicas como Esperando la carroza, La historia oficial, Camila, No toquen a la nena, Tiempo de revancha, y el inolvidable Yo, la peor de todas. También trabajó en producciones internacionales, como Evita, dirigida por Alan Parker, donde interpretó a la madre de Eva Duarte. Su última actuación en la pantalla grande fue en el cortometraje Abrazo ceñido, junto a Julián Bellegia.
En televisión, su talento quedó plasmado en éxitos como Chiquititas, Ciega a citas, El elegido, Verdad Consecuencia, Un año para recordar, Nueve lunas, Jesús el heredero y más. Cada personaje reflejaba su versatilidad y pasión por el arte.
En teatro, Catalano protagonizó piezas memorables como Casa Matriz, El bochicho, Sacco y Vanzetti, Seis personajes en busca de un autor, La ópera de dos centavos y Jettatore…!, entre muchas otras. Su compromiso con las tablas fue un pilar en su carrera.
(NA)