Estefanía Hermida, una morocha muy bonita, se había instalado muy joven en Buenos Aires, a sus 18 años, tras su sueño de modelar.
Fue cuando tenía 22 ó 23 años que protagonizó una sesión fotográfica para revistas nacionales y a partir de allí, su figura se hizo conocida y trabajó no sólo en Argentina. También en Chile modeló y realizó trabajos fotográficos para revistas trasandinas de gran tiraje.
En esas épocas fue que también, obvio, trascendió en su pago chico, adonde volvía seguido a visitar familiares y amigos tanto de Pico como de Dorila, donde había quedado su padre Osmar.
Siempre relató que sus trabajos de modelo los realizaba a la par de su trabajo en el Senado de la Nación, adonde había ingresado convocada por un legislador y realizaba tareas en el área de Imprenta.
Sus allegados narraron que comenzó a tener problemas de salud que le provocaron un estado depresivo contra el que lucho varios meses, acompañada por su familia.
En 2019 murió su padre y en 2022 falleció su madre Alicia. Estefanía vivía en Buenos Aires, en la casa de una tía, hermana de su padre, que fue quien la encontró sin vida en los primeros días de octubre pasado, cuando por propia decisión le puso fin a sus días.