DOMINGO 08 de Septiembre
DOMINGO 08 de Septiembre // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  VIERNES 19/07/2024
La espalda de Marlon Brando presenta para Maracodigital: “Crónicas de cinefilia”
Por : Oskar Aizpeolea
Hoy: “Viva María!”

El alboroto comenzó con la desaparición de Tita, la monita que actuaba con Janos, el payaso melancólico. Era un tiempo en que todos los circos tenían animales y los hacían actuar, por no decir que los explotaban.

A causa de lo sucedido, Sherloquito el gauchito investigador y su ayudante Watsoncito, tuvieron que dilucidar el caso. Pero tiempo al tiempo.

Esta historia de sonrisas, lágrimas y misterio misterioso sucedió en La Pampa profunda en el pueblo llamado Casablanca. A los que no creen en su existencia, pido que lo busquen en GPS.

Si esto fuera un guión cinematográfico diríamos:

Lugar de acción: Casablanca, pueblo fundado por Miguel Curtiz, y cercano al pueblo fantasma llamado Strómboli, fundado por Roberto Rossellini.

Protagonistas: mamá Marlene (por Dietrich) y papá Gary (por Cooper) junto a sus hijas las mellizas Lula y Loly.

¡Luz, cámara, acción!

Fue una temporada de lágrimas. Las traviesas hermanas mellizas tenían una mascota muy parecida al perrito de la película  “Umberto D” dirigida por Vittorio de Sica. Siendo cachorro, lo habían encontrado abandonado entre los yuyos de las vías del ferrocarril y, como era diminuto, lo llamaron Mickey como el famoso ratón.

El pequeño creció y creció, y las acompañaba en sus aventuras, especialmente cuando iban al cine. Entraba a la sala con ellas por gentileza de Josecito el dueño del cine, y miraba la película en silencio y tan concentrado como ellas. Al salir, ladraba haciendo comentarios. Lula decía que si eran cinco ladridos le había gustado mucho. Loly aseguraba que si ladraba una sola vez no le había gustado. Y si no ladraba…mejor no imaginarlo!

Otra de las particularidades de Mickey era que bailaba al compás del Danubio azul, vinilo de Marlene que ponían en el tocadiscos.

La muy mimada mascota también se sentaba bajo el escritorio cuando hacían la tarea escolar y, lo más importante, las acompañaba cual fiel guardaespaldas hasta que llegaran a la Escuela N°13 Niní Marshall. También, y esto lo había aprendido solito, las esperaba a la salida de clase, y las protegía en el camino de regreso al hogar. Allí, a escondidas de mamá Marlene, le daban una porción de delicioso postre.

Mickey fue concentrado acompañante para ver “Había una vez un circo” dirigida por Enrique Carreras, y ladró cinco veces. Esa película hizo que las mellizas quisieran comprar un circo o, quizás, unirse a la gira del que llegara a Casablanca. Detalle aparte es contar que cantaban la pegadiza canción que comienza así: “Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón”. A toda hora se las podía escuchar bien acompañadas por un coro de ladridos.

Lula y Loly hacían equilibrio sobre el lomo del esforzado Mickey, y estaban convencidas que semejante habilidad le permitiría entrar en el mundo del circo y recibir numerosos aplausos. Sí, fue una época de sonrisas.

Un día, cuando salieron de la escuela, Mickey no las estaba esperando: lo había atropellado un viajante de cigarrillos con su furgoneta. No sufrió nada dijeron mamá Marlene y papá Gary a las desconsoladas hijas.

En una ceremonia que la familia recordaría por años, lo enterraron en un lugar del jardín donde el sol le daría calor. Papá Gary hizo el pozo donde depositaron a Mickey, y sobre él plantaron un rosal que fue regado con lágrimas de Lula y Loly.

La temporada de llantos continuó hasta que llegó la primavera, y el rosal dio flores rojas como el recuerdo del amor a la fiel mascota.

El destino puso su cuota, y esa misma primavera legó un circo a Casablanca. Con gran habilidad, las mellizas se hicieron amigas de Aslan, el entrenador de Tantor, el elefante bautizado con el mismo nombre que el de Tarzán. Ellas estaban fascinadas y hasta pensaron en conseguir uno como mascota. Les encantaba ver cómo devoraba los fardos de pasto como si fueran caramelos. También iban con Aslan a una quinta donde Tantor absorbía con su trompa litros y litros del agua, de un tanque australiano que quedaba casi vacío.

También forjaron amistad con Janos, el payaso melancólico. Mucho les interesaba Tita, la monita que actuaba con él, y a la que le daban maníes que traían de la picada del vermouth de papá Gary.

Aprovechando la presencia del circo, en el Gran Cine Casablanca volvieron a exhibir “Había una vez un circo” y estrenaron “Dumbo”, de Walt Disney.

Aquí haremos una pausa, intermezzo o intervalo para que toméis un aperitivo, un té o café, y penséis en nuevas aventuras de nuestras pícaras protagonistas.

Retomemos: “Dumbo”, como todos sabemos era un elefantito capaz de volar. Las mellizas se preguntaban si Tantor sería capaz de hacer lo mismo.

Pensaron varios días hasta que de modo inesperado en el Gran Cine Casablanca exhibieron “El ladrón de Bagdad”, obra de varios directores con producción del mítico Alexander Korda. Lula y Loly quedaron deslumbradas con la historia, y fueron a verla por segunda vez y anotaron el diálogo final:

Sabú dice al rey (interpretado por el actor John Justin, hijo de un ganadero argentino):--¡Ahora me toca lo que yo quiero!  

--¿Y qué quieres-pregunta el rey?

--¡Diversión y un poco de aventuras!—responde, y se aleja montado sobre una alfombra voladora.

¡Diversión y aventuras! comenzó a ser la frase favorita de las mellizas, incluso a pesar de la desilusión que tuvieron el día que, por más que lo intentaron, la alfombra del comedor no levantó vuelo.

¡Mentiras de Hollywood!, repitieron hasta el cansancio, y decidieron seguir buscando aventuras y sin ninguna duda que las encontraron.

El circo tuvo mucho éxito en Casablanca, y Lula y Loly entraban y salían de allí como si fuesen dueñas del mismo.

El primer hecho misterioso fue la aparición de una muñeca que las mellizas compartían por un rato en brazos de cada una. La muñeca era como esas llamadas pepona, y parecía moverse sola. Tenía ojitos que abría y cerraba con gran destreza. Las traviesas declararon que la habían encontrado en el mismo lugar que a Mickey. Sus padres eran bastante distraídos y concentrados en sus tareas. Mamá Marlene no dio importancia al nuevo juguete, atareada como estaba haciendo petit point. Por su parte, papá Gary estaba muy ocupado con el balance anual de sus Ramos Generales. Por todo eso, Lula y Loly tenían gran libertad de acción. Y mientras ellas le hacían vestidos y una capota con lazos a Titina –así llamaban a la movediza muñeca- en el circo buscaban con desesperación…

¡Sí  estimados lectores, habéis acertado una vez más!

Todos los integrantes del circo buscaban a Tita, la monita compañera de Janos, el payaso, que estaba más  melancólico y triste que nunca. Alguien hizo llamar a Sherloquito, el gauchito investigador con su ayudante Watsoncito, quienes inmediatamente comenzaron a investigar.

Ese día que todos los casablanqueños recuerdan, las mellizas esperaron la hora de la siesta para entrar al circo, donde reinaba el silencio y una sinfonía de ronquidos. Sigilosas, se acercaron a Tantor provistas de abundantes golosinas. Parece increíble, o quizás porque el elefante las reconocía, lograron sacarlo del circo, y con él y Tita se alejaron del pueblo. Iban por un camino de tierra arenosa entonando la melodía de “había una vez un circo…” la famosa canción de los payasos Gaby, Fofó y Miliki. Así, en pequeña caravana llegaron a una tapera oculta por caldenes y cardos en flor. A Tantor le dieron zanahorias, y Titina montó sobre su lomo haciendo piruetas, pero por más que lo alentaron y movieron sus enormes orejas como abanicos, el elefante no volaba.

--¡No quiere volar! -dijeron, y agregaron- ¡Mentiras de Hollywood! Siguieron intentando hacer volar a Tantor a quien llamaban Dumbo, hasta el atardecer.

--¡A volar Dumbo! ¡Vuela vuela barrilete!- arengaban, pero aún así permanecía inmóvil.

Sherloquito y Watsoncito llegaron conduciendo un jeep amarillo canario levantando una estela de polvo, acompañados por un griterío de teros. Y fue entonces que Tantor comenzó a barritar, y su grito atravesó la llanura y llegó hasta Casablanca, y alertó a Aslan su entrenador.

Luego que fueron interrogadas, las acusadas declararon que habían llevado a Dumbo Tantor (¿habrá tenido un  problema de identidad?) porque así encerrado no podía volar, y a cielo abierto y con fuerte viento podía volar como un barrilete. Juraron por la salud de su tía Angustias que había volado llevando a ellas en su lomo.

Lula, Loly, Dumbo Tantor y Tita Titina estuvieron en boca de todos los habitantes de Casablanca, mientras compartían mates y anécdotas, y hasta hay quien aseguró haber visto a las mellizas volando con el elefante.

¿Mentiras de Hollywood?

La condena mayor fue que mamá Marlene y papá Gary les prohibieron concurrir al cine por dos meses, y no hubo ningún indulto.

El dueño del circo decidió que era hora de ir en busca de otros pueblos, y las inquietas mellizas tuvieron su segunda condena: se fueron sin ellas, que vieron partir a los carromatos mientras lloraban desconsoladamente.

Lloraron un día sí y otros no, hasta que pasaron los dos meses y fueron al cine. Allí vieron “Viva María!” con Brigitte Bardot rubia y Jeanne Moreau pelirroja, y se sintieron tan identificadas, que resolvieron volverse anarquistas como las protagonistas del film dirigido por Louis Malle.

Ahora están sentadas en la galería de su casa alimentando la lagartija que capturaron a la hora de la siesta. Se aproxima el día del maestro, y han decidido regalársela a Heriberta, directora de la Escuela N° 13 Niní Marshall. Será un acto de justicia, porque la susodicha les da antipáticos sermones. Para el regalo necesitan una hermosa caja, y por eso compraron bombones en el sofisticado negocio de María Teresa López y Planes. Los bombones los están comiendo, y en la caja una vez vacía, irá la lagartija.

--Estás muy pensativa -dice Loly a Lula- ¿Qué te pasa? --pregunta, mientras saborea el penúltimo bombón de licor.

--Lamento que por no tener ríos no tenemos puentes- responde Lula.

--¿Y eso, para qué querés puentes?—responde Loly mientras piensa rápidamente--¡Ah ya sé, ya sé, para volarlos como hace Brigitte Bardot en Viva María!

--Eso mismo querida hermanita y así seríamos verdaderas anarquistas—responde con calma Lula, y come el último bombón de licor.

 Pensemos, pensemos y pensemos repiten ambas como si fuese una plegaría, y entonces recuerdan el cruce de vías que llevan de Casablanca a Strómboli, el pueblo abandonado.

--¡Parece un puente!—dice Lula.

--¿Papi tendrá dinamita en el negocio?-pregunta Loly.

--No sé, pero si él no tiene seguro que hay en la ferretería de don Pedro—responde su entusiasmada hermana.

Sólo puedo agregar que Sherloquito y Watsoncito deberán regresar muy pronto a Casablanca.

¡A Dios pongo por testigo! ¡Y mañana será otro día!

Comentarios
 
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 25/07/2024 | 16:58 Hs
Enviado por Marta Marche
Qué linda historia! Me has hecho reír con las aventuras de estás mellizas tan tremendas, siempre en los grupos de niños, hay un par de revoltosos y simpáticos sabandijas jaja He visto Viva María en mi época y soñaba con ser Brigitte Bardot,a la cual sólo me parecía por mis dos paletas gigantes que asomaban de mi boca... Espero más relatos de la época y más aventuras de las mellizas! Gracias Oskar!!
 
 24/07/2024 | 09:51 Hs
Enviado por Favio
Jajjajjaja, no puedo esperar, ya quiero mas travesuras. Que lindo humor tan sano, tan tierno, tan lleno de recuerdos de infancia en medio de una clase magistral de cine como siempre haces. Que sigan las aventuras! Gracias
 
 20/07/2024 | 20:07 Hs
Enviado por Enrique Fontanillo
Una mas y van , que lindo Oskar , revivir parte de la infancia , mezclando un poco de realidad con la fantasía y el humor , combo perfecto , genial para el sillon , espero por mas y que no falten las melli
 
 20/07/2024 | 10:48 Hs
Enviado por Noemi
Que sigan las historias de las mellizas!!! no solamente me haces reir con sus travesuras sino que también hago un viaje en la historia del cine nacional e internacional con películas que he visto como otras que no conocía. Gracias Oskar por tus relatos!!!
 
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