Es como consecuencia de filtraciones, caños rotos y pésimas condiciones en el desagüe. Los trabajadores venían denunciando el hecho hace varios días. Denuncian además el mal funcionamiento de equipos electrónicos.
Una imagen se viralizó rápidamente la semana pasada. Pacientes del servicio de salud mental de Hospital Durand del barrio de Caballito tiraron sus colchones en los pasillos del nosocomio. Las puertas que conectan los diferentes pabellones estaban abiertas, al igual que las ventanas: “Sólo querían dormir un poco más frescos”, contó Irma, madre de un joven que se atiende en ese servicio.
Es que el sistema de aire acondicionado estaba roto desde hacía varios días, y pese al reclamo constante de los profesionales que trabajan en el lugar, las autoridades porteñas no enviaron ninguna cuadrilla a solucionar el problema.
“Este hospital se vino abajo en los últimos años”, agregó Irma.
Durante esa misma semana, el personal insistía con otra demanda: que de manera urgente solucionen los caños rotos del desagüe de un sector de la sala de maternidad, donde se atiende a mujeres embarazadas, durante el parto, el nacimiento y el posparto. Pero nadie acudió a reparar el desperfecto, y sólo se hicieron presentes para clausurar parte del sector en conflicto.
“En estos momentos estamos con una habitación menos, algo que se podría haber evitado. La falta de mantenimiento en general es lo que tienen todos los edificios públicos de la ciudad. Este es un tema frecuente, siempre estamos detrás de los problemas porque no hay prevención, y eso tiene que ver con las empresas con las que trabaja el GCBA, que están tercerizadas desde hace muchos años”, explicó Gastón Kalnique, delegado gremial de ATE, y responsable del manejo de la gestión interna de los residuos patogénicos y peligrosos del Hospital Durand.
El referente sindical asegura que así como padecen los problemas de filtración de agua dentro de maternidad, “también hay equipos rotos, equipos que son del hospital y que por falta de reparación y mantenimiento no funcionan, como por ejemplo los equipos de electroencefalografía. Sufrimos también la falta de técnicos. No puede ser que en época estival haya un solo técnico trabajando, es por eso que siempre estamos pidiendo que se incorporen profesionales al Hospital Durand”, agrega Kalnique.
Como consecuencia de la falta de respuesta del GCBA a las demandas urgentes de quienes ejercen sus tareas a diario en el Durand, aparecen en cadena varias situaciones más que deterioran la calidad de la atención médica de miles de pacientes.
En mayo del año pasado, el ministerio de Salud porteño habilitó el cierre de la sala de terapia intensiva por falta de mantenimiento. Y a finales del mes de abril de ese mismo año, el centro de salud de Caballito también debió cerrar parcialmente su sala de terapia pediátrica por falta de personal.
La crisis por la que atraviesa el Hospital porteño es como consecuencia de un fuerte ajuste en todo el sistema de salud pública de la Ciudad. En los últimos años la inversión social en hospitales tuvo un recorte superior a los $36.000 millones.
Por entonces, la situación fue tan grave que la cartera de salud que conduce Fernán Quiróz, emitió un comunicado sobre ese tema excusándose de la situación, al decir que ese sector estaba en obras: “Durante la última semana de mayo, el Ministerio de Salud se encuentra realizando obras en la sala de terapia intensiva del Hospital Durand. Se trata de cambios en la red de oxígeno central, que se prevé que finalicen en los próximos días”.
En el mismo comunicado, además, reconoció el traslado de los pacientes a otro sector: “Mientras que la obra está en curso, las 19 camas de terapia intensiva con las que cuenta el hospital, se encuentran funcionando con total normalidad en la sala de terapia intermedia. La semana próxima, una vez finalizada la obra, volverá a la habitual sala de UTI”.
(TiempoArgentino)