El gobierno nacional está tranquilo porque no avanza la causa judicial sobre la estafa con la criptomoneda Libra que promocionó Javier Milei.

La jueza María Servini derivó la causa en el fiscal Eduardo Taiano, que días atrás abrió una investigación contra Milei y pidió una serie de pruebas, como informes al Banco Central, la Comisión Nacional de Valores y la Inspección General de Justicia, además de a empresas como Google.

Las medidas de Taiano fueron interpretadas en los tribunales como una manera de desviar la atención, y advierten que lo más relevante es lo que el fiscal no hizo: secuestrar los celulares de los involucrados o pedir los registros de ingreso a la Casa Rosada y la Quinta de Olivos. También es significativo que haya excluido de la investigación a Karina Milei.

Para peor, desde la fiscalía hicieron trascender que pedirían el secuestro de teléfonos, pero pasados varios días no hubo novedades, y en los tribunales creen que en esos celulares ya no queda nada de información relevante.

Es por eso que el abogado Gregorio Dalbon reclamó el secuestro de los celulares de los hermanos Milei y de Manuel Adorni. "La causa viene muy lenta, con medidas muy simples para una causa tan compleja", lamentó el letrado en diálogo con Perfil.

Todas estas advertencias toman más importancia con la noticia de que expertos informáticos detectaron que ya se empezaron a mover los dólares alojados en las billeteras virtuales asociadas a la criptoestafa de Libra.

Las suspicacias sobre el fiscal Taiano están alimentadas porque, como reveló LPO, su hijo Federico es funcionario de la Jefatura de Gabinete que conduce Guillermo Francos.

Además, la jueza Servini es cercana al apoderado partidario de La Libertad Avanza, Santiago Viola, y estaba muy interesada en que se avanzara con la designación de Ariel Lijo en la Corte.

La falta de avances en la causa calmó los nervios de la Casa Rosada, al punto que se puso en pausa el plan para que Mariano Cúneo Libarona deje el Ministerio, para dedicarse full time a la defensa de Javier y Karina Milei en la justicia. Pero hasta ahora, el Presidente ni siquiera necesitó designar abogado defensor.