Tampoco sé qué habría que celebrar. Desde el inicio del gobierno de Milei, los datos estadísticos no lucen muy favorables para la industria. Menos para las pymes.
Existe una expectativa sobre los posibles efectos del RIGI (régimen de incentivos para grandes inversiones) y se cultiva la esperanza del "derrame", sobre el empleo y las industrias y empresas de servicios chicas.
No todas las provincias han adherido aún al RIGI, ni al blanqueo, entre ellas, La Pampa. El tiempo dirá lo que está bien, y lo que no lo está.
Punto aparte, merece resaltarse en nuestra provincia, el abono de un terreno fértil de nuevas actividades industriales como las vinculadas a la vitivinicultura y otras, estando pendiente para el sector un desarrollo mayor de la Zona Franca de Gral. Pico, una "joyita" que debemos cuidar con discreción, sin dejar de promoverla "uno a uno", para nuevos asentamientos.
He leído que, por estos días, se ha producido una renovación de las autoridades de nuestra querida UNILPA (Unión Industrial de La Pampa). Aprovecho para celebrarlo, reconociendo a varios herederos de lo que sus padres y abuelos hicieron durante muchos años por el desarrollo de la industria Pampeana.
A ellos mis felicitaciones, y a los más nóveles un reconocimiento por involucrarse. ¡Mucha suerte UNILPA!
Vivimos tiempos políticos "raros", por decir lo mínimo, y no quiero hacer juicios de valor con apuro. El modelo de País "presidencialista", o como quiera denominarse a la forma unipersonal de ejercicio del poder, no ha sido "exitoso".
Sólo hay que medir la evolución de la pobreza y la educación en los últimos cuarenta años, y sobran las palabras.
Tampoco las ideas que hoy se difunden, de desarmar todo lo que estaba ordenado constitucionalmente, aparecen como conducentes al "éxito".
A veces pienso que la industria y el país todo está en un "equilibrio de Nash", donde todos jugamos individualmente y respondiendo a la estrategia del otro, en lugar de desempeñarnos de manera leal y cooperativa entre todos.
Las conquistas sociales desde la ley de educación de Sarmiento a las leyes laborales de Perón, han cambiado los factores socio económicos: la división de los latifundios, el impulso de la industria nacional de los años 40 a los 70, la apertura de los 90, que pulverizó aquella industria, la decadencia de la educación, la corrupción, las comunicaciones, el acceso simple a la tecnología, y por supuesto, el cambio climático...
Todo es un escenario dinámico, que hace que ciertas luchas pierdan sentido y otras se tornen necesarias. En el siglo pasado, los paradigmas del progreso que vinieron después de las Guerras Mundiales ya suenan obsoletos, el “nuevo estado de guerra" que plantea la inseguridad, la corrupción o el narcotráfico, deja atrás aquellos mecanismos y exige otros.
La disyuntiva entre capitalismo y colectivismo es sustituida por tecnología y empleo, pero no tendríamos que pensarlo como una alternativa, sino como una integración.
Educar para utilizar con solvencia la tecnología, y que esa tecnología sea para incluir y contribuir a un mayor estado de bienestar. Habrá que animarse a pensar un sistema más inteligente que la pura competencia, que acumula riqueza donde ya hay riqueza.
Habría que pensar otro, en el que progreso signifique mayor bienestar, y donde "mayor" signifique que abarca a más individuos.
Finalmente, no está de más recordar dónde está plasmado el mandato social para las cuestiones económicas en general, industriales y humanas en particular, por ello y como Corolario, me remito a la CN.
Artículo 75, inciso 18, corresponde al Congreso: proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias... y al progreso de la ilustración, promoviendo la industria..." inciso 19: proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento... para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen...
Los legisladores tienen mucho trabajo por delante si se quieren ocupar de estas cuestiones. ¡Que así sea!