Dos guardias civiles murieron la noche del viernes, tras chocar contra ellos una embarcación manejada por narcotraficantes en la costa de Barbate (Cádiz, 22.800 habitantes). Uno de los fallecidos, David, de 43 años y nacido en Barcelona, estaba casado y tenía dos hijos, y estaba destinado en el Grupo de Acción Rápida (GAR). La otra víctima mortal del suceso, Miguel Ángel, trabajaba en el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), tenía 39 años, era natural de San Fernando (Cádiz) y vivía con su pareja y una hija.
Además de los dos fallecidos, un agente resultó herido grave y otro leve, y dos resultaron ilesos. La Guardia Civil ha detenido a cinco personas por su presunta implicación en las muertes.
Las primeras hipótesis con las que trabajan en el Instituto Armado, es que el suceso se produjo tras “la embestida” de una narcolancha que se encontraba en la zona, guarecida en el puerto por el temporal que azota el Estrecho.
Los seis agentes estaban participando en un operativo en la zona de Barbate, aunque el equipo del GEAS tenía su base en el puerto de Algeciras, desde donde daba servicio a las Comandancias de Cádiz y de Algeciras, según apuntan fuentes cercanas a esta última comandancia. Fuentes extraoficiales confirman a EL PAÍS que, debido a las malas condiciones del mar en la zona por el paso de la borrasca Karlotta por la Península, parte de las narcolanchas que permanecen normalmente en alta mar a la espera de alijar droga, se guarnecieron el viernes de la meteorología adversa en el puerto de Barbate.
Ya el jueves, las embarcaciones comenzaron a llegar a Barbate en busca de refugio. Esa noche eran aproximadamente una decena, según apunta una fuente conocedora del caso, y cercana a la Guardia Civil. Pero fue el viernes cuando los agentes se acercaron a intentar identificar a los supuestos traficantes que se encontraban a bordo de esas grandes semirrígidas, equipadas con varios motores fuera de borda, conocidas como narcolanchas, según confirman fuentes del Instituto Armado.
Al verlos acercarse, varias lanchas se alejaron de la costa. Sin embargo, al menos dos se quedaron en el puerto y empezaron a hacer maniobras de evasiva a gran velocidad. En dos vídeos que circulan en redes sociales, y en cuyas descripciones aseguran mostrar el momento del suceso, se aprecia cómo una narcolancha navega a gran velocidad en línea recta, hasta pasar por encima de la semirrígida de pequeña eslora, en la que viajaban los guardias civiles. El impacto y la violencia de la colisión queda patente en las distintas tomas.
“No sé quién ha montado un operativo con una goma de seis metros para enfrentarse a narcolanchas de ese tamaño. Es un operativo ordenado por un mando sin las medidas de seguridad necesarias, y les han pasado por encima”, denuncia una fuente cercana al Instituto Armado. Otra fuente de Algeciras detalla que es habitual que ese grupo del GEAS participe en operativos en colaboración con otras unidades, como el GAR: “Usan la lancha pequeña para poderse desplazar por tierra con mayor rapidez, y echan después la goma al mar”. “Es un asesinato en toda regla”, ha denunciado indignado un agente.
Asociaciones profesionales como Jucil y la Agrupación Unificada de Guardias Civiles, han mostrado su indignación y solidaridad con lo ocurrido. “Jucil pedía hace unos días mejores medios, hoy tenemos dos muertos y un herido grave, aplastados por una narcolancha conducida por asesinos”, critican desde la primera. “Nuestros peores presagios se han cumplido”, denuncian desde la segunda asociación, que reclama una investigación sobre lo ocurrido.
A las 22.45 del viernes se produjo el levantamiento de los dos cadáveres, confirmaron fuentes municipales de Barbate. El alcalde de la localidad gaditana, Miguel Molina, se desplazó hasta el puerto. “Ha sido una tragedia”, declaró a EL PAÍS, muy afectado. El Consistorio ha convocado una concentración para este sábado a las 12 del mediodía. “Su sacrificio y dedicación a la protección de nuestro municipio no serán olvidados, y su memoria permanecerá en nuestros corazones”, dicen en el comunicado.
El regidor Molina explicó que hace ya una semana que comenzaron a detectar la presencia de estas narcolanchas, en una localidad que hace décadas sufrió con dureza una lacra del narcotráfico que ya creía haber dejado atrás. “Estábamos demandando más seguridad en las inmediaciones del puerto, porque veíamos las lanchas. Esta situación te sobrepasa”, acertó a señalar el alcalde.
La fiscal antidroga de Cádiz, Ana Villagómez, declaró el viernes en la SER, encontrarse “decepcionada, frustrada y triste” por el suceso. “Da la impresión de que han ido a por ellos, las narcolanchas saben que no les va a pasar nada”, añadió en el programa Hora 25. “Cada vez hay más narcolanchas, valen más de 100.000 euros, y pertenecen a mafias con muchos recursos. Es tremendo lo que está pasando. No hay medios ni lanchas para hacer frente a eso”. Y recalcó: “No esperamos que vengan al funeral a dar muchos pésames, cuando después no dan los medios que hacen falta”.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, mostró su pesar por la muerte de los dos guardias civiles. A través de un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter), afirmó que se trata de un “crimen deleznable”, y transmitió “un profundo pesar” a las familias de los agentes.
La violenta reacción de algunos traficantes cuando son interceptados en el mar por las embarcaciones de la Guardia Civil, ha llevado a los máximos responsables del instituto armado a apostar por la compra de patrulleras de alta velocidad, fabricadas capaces de resistir las embestidas de las narcolanchas a las que intentan interceptar. Tras adquirir en 2021 dos de estas embarcaciones reforzadas, con 18,5 metros de eslora y capaces de superar los 55 nudos de velocidad, el Ministerio del Interior ha puesto en marcha otros dos concursos para dotar al instituto armado con seis más, por un importe cercano a los 15 millones de euros.
Está previsto que dos de esas embarcaciones se entreguen en el primer semestre de este año. El resto, entre 2025 y 2026. Tanto las ya operativas como las nuevas se construirán de aluminio, un material más fuerte que el PRFV (poliéster reforzado con fibra de vidrio) de las patrulleras anteriores. “La violencia de estas acciones hace necesario que los cascos y la estructura de las futuras embarcaciones sean de materiales más resistentes que las de la flota actual”, se destaca en los expedientes de ambos concursos, a los que tuvo acceso El País.
(El País)