Anoche, a partir de las 20, se llevó a cabo la segunda marcha en pedido de justicia por Lía con un importante apoyo de la comunidad santarroseña.
“Mi papá no se levantó y dijo ‘hoy tengo ganas de quitarle la vida a una chica de 22 años’. Fue un accidente”, dijo A.E.R, quien prefirió mantener oculta su identidad.
La mujer aclaró que su mamá no iba de acompañante en el vehículo, como aseguró Alejandra Falcón, la madre de la joven fallecida.
En los mensajes que envió al diario Clarín, remarcó antes que nada su respeto “por el dolor de la mamá de Lía y el resto de su familia”.
“Tengo dos hijas y no hago más que intentar ponerme en el lugar de esa madre”, sostuvo la mujer. Y añadió que sus padres “están muertos en vida”.
Para la mujer, “mis papás son dos personas que trabajan de toda la vida. Mi papá tiene su herrería desde hace 20 años. Mi mamá es administradora de consorcios, también laburante desde los 17 años. Él tiene cuatro hijos”, sostuvo.
Afirmó que él “nunca” fue a las picadas en Santa Rosa, como se difundió, y que “si le gusta el TC o no le gusta es un detalle totalmente insignificante a la hora de analizar un accidente tan trágico”.
“Un hombre de 61 años no va a andar ‘haciéndose el pistero’ porque sea fanático de Ford. De hecho, el Ford Falcon que conducía ese día era mío”, manifestó.
El 24 de mayo pasado, la mujer protagonizó un choque en cadena con el Falcon en la misma avenida, en el barrio Matadero. Se dañó el radiador, el capó y otros elementos. Con mucho esfuerzo pudieron ponerlo nuevamente en la calle dos meses más tarde.
“Mi papá me ayudó meses a volver a armarlo para poder tener en qué manejarme. Cuando terminaron las clases, como él no tenía un vehículo en condiciones para trabajar, le presté mi Falcon para que pudiera hacerlo junto con mi pareja”, expresó.
“Cualquiera que haya visto ese Falcon en la ciudad, sabe lo que significaba para nosotros, porque lo armó con mucho cariño para dejarlo como yo quería y deseaba, ya que era un regalo de él para mí, mi pareja y mis hijas, que no teníamos en qué manejarnos. Estuve pagando transporte escolar todo el 2023, y él sabía el sacrificio que eso implicaba para nosotros”, amplió.
No era un Falcon preparado
“El Falcon estaba original de fábrica. No estaba preparado tampoco, era de uso familiar, no para correr carreras. De hecho, mi papá maneja desde muy jovencito. Fue camionero, transportaba gas a los pueblos, tiene incontables kilómetros y kilómetros de ruta y de viajes familiares. Jamás tuvo un accidente de esta magnitud y de esta gravedad, que lamentablemente se cobró la vida de una chica de apenas 22 años”, detalló.
También habló sobre cómo están Roldán y su esposa actualmente: “Hoy por hoy, mis papás están muertos en vida, no pueden ni respirar del dolor por todo lo sucedido, pero sobre todo porque se ponen en el lugar de esa familia, y respetan y sienten su dolor, porque ellos son padres y abuelos también”.
Todos son fiscales
“La gente es muy cruel a la hora de juzgar. Todos son policías, jueces, abogados, fiscales y agentes de tránsito. Todos respetan los límites de velocidad y ninguno cruzó un semáforo en rojo o violó una norma de tránsito. Pero no tienen en cuenta que el día de mañana les puede tocar a ellos también, y que un acto imprudente como exceder un límite de velocidad o llegar justo a un semáforo se puede cobrar una vida”, advirtió la hija de Roldán.
A.E.R. pidió concientizar a la gente sobre este tipo de hechos, “en lugar de sembrar odio y más dolor”.
“Mi papá no se levantó y dijo ‘hoy tengo ganas de quitarle la vida a una chica de 22 años’. Fue un accidente, una desgracia, y sólo Dios sabe la culpa que él carga hoy, y la situación que estamos enfrentando todos lo que estamos detrás de él, que somos gente de bien, no una familia problemática ni sinvergüenzas, ni chorros ni delincuentes”, enfatizó.
Responsabilidad
También pidió a los medios de prensa responsabilidad a la hora de informar sobre estos casos, y “no publicar cosas que no son ciertas”.
(La Arena)