A los pocos minutos de que Trump iniciara su alocución, y cuando hacía referencia a los recortes de Medicaid, Green, legislador demócrata de Houston (Texas) con una larguísima trayectoria política, se levantó de su asiento y gritó al presidente que no estaba autorizado para hacer eso.
En su corbata podían leerse las palabras “We the People” (Nosotros, el Pueblo), la apertura del preámbulo de la constitución de EE.UU.
Sus palabras fueron inmediatamente ahogadas por muchos republicanos, que gritaron “¡U-S-A!” (Estados Unidos), antes de que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que ya le había pedido en dos ocasiones que se sentara o tendría que abandonar la cámara, ordenara finalmente su expulsión del hemiciclo.
Green es un feroz crítico de Trump, con quien ha chocado en numerosos asuntos, como la guerra de Gaza.
Impugnación contra Trump
Durante el primer mandato de Trump, Al Green pidió su destitución, y desde que ha vuelto a asumir el cargo, el congresista ha anunciado que planea presentar artículos de impugnación contra el presidente.
En declaraciones a la prensa tras abandonar la sala, Green dijo que está dispuesto a aceptar cualquier castigo que se le imponga por sus actos.
“Plantar cara”
“Merece la pena para que la gente sepa que algunos de nosotros vamos a plantar cara a este presidente”, dijo Green.
Green, de 77 años, representa el 9º distrito de Houston, y ha sido elegido 11 veces, primero como juez de paz en Texas, y desde 2005 como miembro de la Cámara de Representantes.
El congresista nació en Nueva Orleans, Luisiana, en 1947, y se licenció en Derecho en la Texas Southern University en 1973.
Al año siguiente cofundó un despacho de abogados, hasta que en 1977 fue elegido como juez de paz en el condado de Harris, en Texas, donde sirvió durante 26 años hasta retirarse en 2004.
Ese año ganó las primarias del Partido Demócrata en el 9º distrito de Texas, y fue elegido al Congreso de EE.UU. en 2005.
Green, es un veterano de los derechos civiles, según su propio perfil de su página de congresista, donde señala que “ha luchado por aquellos miembros de la sociedad cuyas voces, con demasiada frecuencia, no se oyen”.
“El más rico del mundo”
“Este es el país más rico del mundo, pero hay gente que no recibe una buena atención médica. Tenemos que hacerlo mejor, y ahora estamos a punto de recortar Medicaid, que es para (los) pobres”, afirmó el martes, después de ser obligado a abandonar la cámara.
Medicaid
Medicaid es el programa que ayuda a cubrir los gastos médicos de quienes tienen ingresos y recursos limitados, y que usan unos 80 millones de personas en el país.
Se ha convertido en uno de los principales puntos de preocupación para los demócratas, debido a las reducciones que está sufriendo el programa.
Trump ha dicho que Medicaid no se verá afectado, pero va a ser difícil lograr los amplios recortes que prometen los republicanos, sin recortar los principales servicios sociales.
Contra Trump
Green no fue el único demócrata que protestó en la cámara, aunque la respuesta demócrata al discurso de Trump fue, en general, tibia.
Varias congresistas demócratas, entre ellas la expresidenta de la cámara, Nancy Pelosi, llevaron vestidos rosas en protesta por las políticas del presidente Trump, ya que aseguran que el aumento de los costes está afectando desproporcionadamente a las mujeres.
A otros se les vio con corbatas amarillas y azules, para mostrar su apoyo a Ucrania, representando los colores de la bandera del país.
Pausa en ayuda a Ucrania
Trump anunció el lunes que pausaba toda la ayuda militar a Ucrania, pocos días después de su rifirrafe con su homólogo ucraniano Volodymyr Zelensky, en el Despacho Oval.
Otros representantes demócratas sostuvieron durante la alocución de Trump, carteles en protesta contra Elon Musk o a favor de Medicaid, en los que ponía “falso”, o “mentiras”.
Pero en su mayoría, los demócratas -que llenaban la mitad del auditorio de la Cámara de Representantes- guardaron un silencio glacial durante el discurso, mientras el presidente les culpaba repetidamente a ellos, al ex presidente Joe Biden, y a los “lunáticos de la izquierda radical”, de todos los males de la nación, según el corresponsal de la BBC en EE.UU., Anthony Zurcher.
El presidente pareció disfrutar poniéndose “bravucón” en el púlpito presidencial.
Aguijoneó a sus adversarios políticos, burlándose de su negativa a aplaudir sus declaraciones, desempolvando su apodo de “Pocahontas”, para referirse a la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, y señalando con ironía que los intentos de procesarle “no les funcionaron” a sus oponentes.
La encargada de dar la respuesta de su partido a Trump fue la senadora demócrata estadounidense por Míchigan, Elissa Slotkin, quien criticó a la nueva administración Trump por traer consigo el caos y la imprudencia.
Comenzó atacando a la Casa Blanca por su impacto en la economía, y advirtió de que si Trump “no tiene cuidado, podría llevarnos directamente a una recesión”.
Slotkin también arremetió contra el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el proyecto de reducción de costes liderado por Elon Musk, afirmando que el cambio es necesario, “pero no tiene por qué ser caótico o reducir nuestra seguridad”.
(BBC News)