El hombre, un abuelo que lleva su nieto día a día, reclama que se tomen las previsiones del caso. Es que el patio de la Escuela 66 de esta ciudad (20, 22, 29 y 31) volverá a poblarse de niños en pocos días y los arbolitos que han quedado no parecen resistir un viento fuerte.
Es que allí han quedado seis acacias que están en precarias condiciones ya que la mayoría se ha secado. Especialmente un ejemplar que tiene una larga rama en ángulo hacia el piso, que se ve como la más peligrosa, aunque las demás no están mucho mejor.
El vecino también reflejó su descontento por el estado del ingreso a un sector de jardín al que se accede por la calle 20, al que los yuyos le han cubierto la vereda de baldosas. La cortadora pasada en forma reciente ha rebajado el largo de la gramilla, pero las baldosas están a punto de desaparecer y con buen criterio, el hombre dice que si no se limpia como corresponde, al ingresar a la mañana temprano, los niños se mojarán y ensuciarán con el rocío y la tierra.
Y por último y no menos importante, el abuelo llamó la atención por la cantidad de ejemplares arbóreos nuevos que se han plantado en la vereda de la calle 20 y que como nunca fueron regados, se han secado por completo. Alguien tendrá que advertir que si no se riegan, los ejemplares nunca crecerán.