La larga madrugada que vivía Mexico este sábado por un terremoto de 7,2 grados y las más de 200 réplicas que mantenían a la gente en las calles, parecía no haber dejado víctimas fatales, aunque un grave accidente de un helicóptero oficial provocó al menos tres muertos y varios heridos en el estado de Oaxaca.
La aeronave transportaba al secretario (ministro) de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, y al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quienes resultaron ilesos, informó hoy la televisión mexicana.
El accidente ocurrió cuando faltaban unos 30 o 40 metros para que el aparato aterrizase en Pinotepa Nacional, pero se descontroló y se precipitó a tierra para volcar después sobre personas.
Algunas emisoras locales hablaban de una decena de víctimas fatales, mientras la policía y los socorristas trabajaban en el lugar. En el helicóptero llegaban al epicentro del sismo varios funcionarios de alto rango, entre ellos el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, y el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida.
Cuando el aparato estaba a punto de aterrizar, el piloto perdió el control y entonces el helicóptero giró sobre uno de sus costados precipitándose a tierra y cayendo sobre un grupo de gente que había salido a la calle buscando mayor seguridad ante las continuas réplicas del sismo.
El cuadro se convirtió en dantesco, porque la máquina aplastó también dos vehículos, aunque el grupo de funcionarios salió ileso, resultando solamente con golpes sin mayor trascendencia.
Sismo
El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) y el Servicio Sismológico Nacional de México concluyeron que el sismo tuvo una magnitud de 7,2 grados y que el epicentro fue ubicado a 11 kilómetros del pueblo de Pinotepa de Don Luis, en el estado de Oaxaca, suroeste de México.
Por la magnitud del movimiento sísmico, el Comité Nacional de Emergencias trabajaba en la revisión de daños y Eduardo Sánchez, vocero del presidente Enrique Peña Nieto, señaló que "hasta el momento no tenemos datos de que haya muertos o personas lesionadas".
En el momento del sismo, fueron miles de personas las que corrieron a las calles, escapando de los edificios céntricos. "Salimos corriendo, era lo único que podemos hacer", dijo con los ojos llenos de lágrimas Kevin Valladolid, de 38 años, quien reside en el barrio Roma, uno de los más afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre, tanto por número de derrumbes registrados como por los daños estructurales en edificios.