El exdiputado y dirigente peronista Carlos Aragonés, quien el año pasado declaró en el Juicio de la Subzona 14 II, había sido acusado por la presunta colaboración que habría prestado a las autoridades militares que a partir del 24 de marzo de 1976 detuvieron a ciudadanos de General Pico, entre ellos Raquel Angelina Barabaschi.
Los camaristas bahienses basaron su negativa a indagar a Aragonés “en la inexistencia de motivos suficientes” para sostener la imputación. “Las manifestaciones que el nombrado pudo hacer en medios periodísticos con relación a la detención de los estudiantes de la UTNGeneral Pico en diciembre de 1975, eran la expresión de su pensar político que, por otra parte, no era desconocido en el medio si se tiene en cuenta su calidad de dirigente político y sindical públicamente conocido, pero ello no puede llevar sin más a considerarlo partícipe criminal en el plan sistemático de represión ilegal”, dijeron.
“Más allá de los testimonios que expresan la sospecha de que el nombrado podría haber confeccionado las ‘listas negras de subversivos’ para entregarlas a las autoridades que usurparon el gobierno constitucional, ninguna prueba existe que efectivamente así era, pudiendo además considerarse que a esa conclusión llegaran a partir de la ideología que expresamente profesaba el mencionado”, agregaron.
Carlos Aragonés declaró el 14 de noviembre pasado en el juicio de la Subzona 14 II. Como ya ocurrió en el juicio de 2010, lo hizo como víctima pese a que exestudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional lo han acusado de "delator" y de haber participado en operativos de detención junto a la Policía en los meses previos al golpe militar. "Fui detenido varias veces; solo una vez vi a un detenido, muy golpeado", contó en esa oportunidad.
Aragonés, quien en los '70 fue secretario general de la CGT Regional Norte, fue detenido por primera vez el 24 de marzo de 1976. Fue alojado en la Unidad 4 junto a los otros detenidos políticos. Sin embargo, según testimonios, un guardiacárcel les advirtió a los otros detenidos que tuvieran cuidado con lo que hablaban delante de Aragonés. Además, hay varios testimonios de exestudiantes de la UTN que lo sindican como un "buchón". Incluso, fue uno de los que impulsó la intervención de la UTN.
(Diario Textual)