De su grandeza como artista no voy a comentar nada porque creo que esa es tarea para los especialistas y estudiosos sobre el particular.
Simplemente quiero compartir con MD y sus lectores los recuerdos que tengo de él.
Por las actividades industriales y comerciales que tenía en el pasado viajaba muy seguido a Rancul para visitar clientes y, fundamentalmente, amigos como los hermanos Martino (Héctor, Din y Fatiga), Antonelli Hermanos en particular a quien oficiaba de gerente de esta empresa, “El Gordo” Bonaveri.
Mi llegada, avisada con anterioridad, significaba compartir la noche con un asado en el taller de Martino o una cena en “El Quita Penas”. En alguna de estas “sibaríticas” reuniones a la que ellos solían invitar a sus amigos tuve la oportunidad de conocer a Raúl García. Un joven que tocaba la guitarra y cantaba muy bien. Soltero, súper simpático, afable en su trato y ameno en su conversación.
Este joven era el hermano de José Alberto. Dije “era” porque lamentablemente falleció años atrás. Se casó con una hermosa joven piquense, Epifanio de apellido, con quien tuvo hijos a quienes no conozco.
Cuando supe quien era me acuerdo de haberle preguntado: “Tu hermano viene de vez en cuando a Rancul” y ante su respuesta afirmativa le pedí: “Avisá cuando venga que quiero conocerlo personalmente y de paso nos comemos un asadito”.
Nosotros somos así, cualquier ocasión es buena para compartir un asado.
Un día, una llamada telefónica (cuando se hacían por operadora) desde Rancul me informaba que tal día Alberto iba a estar en su pueblo natal.
Hacia allá fui para conocerlo personalmente y compartir con él una hermosa cena que con el tiempo fueron algunas más.
Me impactó su risa FRANCA, su HUMILDAD y SENCILLEZ, teniendo en cuenta que ya era una persona famosa y conocida en el mundo.
El amor que sentía por su terruño natal hizo que Rancul fuera una localidad conocida en el mundo entero, porque permanentemente en sus actuaciones hablaba de sus orígenes y de todo lo que le debía a su querido pueblo y su gente; lo que plasmó en varias de sus canciones.
Recuerdo una situación que quiero compartir porque habla de su GRANDEZA y GENEROSIDAD.
En los años de la última dictadura la escuela donde había asistido cuando pequeño pasaba por un lamentable deterioro y no había recursos para recuperarla. Cuando se enteró de la situación se ofreció a realizar un show con todo su equipo, músicos, sonidistas y demás, a total beneficio de la misma, totalmente GRATIS. Él correría con todos los gastos.
Llamé a mis amigos y les pedí que me compraran entradas para ir a verlo, escucharlo y extasiarme con sus canciones.
En mitad de su actuación recuerdo, palabras más o menos, que dijo a los presentes: “Estoy feliz de compartir esta noche en mi casa y con todos Ustedes. También quiero decirle a las autoridades que no es posible que descuiden a una humilde escuela donde tantos chicos van aprender para ser hombres y mujeres útiles en la vida. Si no se quieren ocupar vendré tantas veces como sea necesario para ayudar y devolver un poco de todo lo que la escuela y ustedes me han dado”.
GRANDEZA y CORAJE porque varios militares de los que gobernaban la provincia, vestidos de civil, estaban entre el público.
En el regreso a Pico, entrada la madrugada, me impresionó la interminable fila de autos que recorríamos el camino del regreso.
SEÑOR ALBERTO CORTEZ, Ud. ha emprendido una nueva gira donde compartirá sus poemas y canciones con amigos. Nosotros quedamos con el recuerdo de todo lo que entregó. Mis respetos a toda su Familia y ruego que pronto encuentren paz y calma al dolor.