La querella había pedido se condenara a Villar Cataldo por homicidio, la fiscalía había reclamado que se lo declare culpable de homicidio en exceso de legítima defensa. En tanto, la defensa solicitó la absolución.
La deliberación fue un proceso secreto en el cual sólo están presentes los doce jurados titulares (seis mujeres, seis varones), en un debate moderado por uno de ellos, elegido como presidente.
“Efectué disparos porque sentí que en ese momento me mataban. Hubo amenaza verbal en todo momento, 'te voy a matar hijo de puta', y me apuntaba con ese pistolón que asusta a cualquiera", declaró el médico en el juicio.
También aseguró que tenía la pistola 9 milímetros, que registró “en forma legal”, porque lo habían "asaltado en siete ocasiones", dos de las cuales fueron entraderas. Este jueves, el jurado popular lo declaró no culpable.
Fue en el año 2016
Villar, de nacionalidad paraguaya, fue asaltado en la puerta de su consultorio ubicado en su casa de Loma Hermosa, partido de San Martín. Un ladrón, luego identificado como Ricardo Krable, de 24 años, le robó las llaves de su auto para huir con él.
Segundos después de amenazarlo, Krable se subió al Toyota Corolla que conducía el doctor y quiso escapar. Pero el delincuente no supo manejar la caja automática del vehículo y no lo pudo arrancar. Antes de que pudiera huir, Villar lo mató de cuatro balazos.
Lino estaba armado con una 9 milímetros. Cansado de la inseguridad, y después de sufrir varios robos, había gestionado la tenencia y portación de arma. “Entregó el auto y lo atropellaron a poca velocidad. Pero no bien se paró, disparó cuatro veces y mató a uno de los ladrones, al que conducía el auto”, contó un testigo del intento de robo. Los otros dos escaparon a pie.
Por la inseguridad, Villar Cataldo había dejado de vivir en esa propiedad de El Ombú 6865. Había sufrido al menos dos asaltos, que lo habían motivado a mudarse y a comprarse un arma para defensa propia. Solo regresaba los lunes, miércoles y viernes para atender a sus pacientes.