En diálogo con MaracóDigital.Net, las directoras relataron que en Córdoba confluyeron “representantes de casi todas las provincias, aunque en todas las comisiones hubo una mayoría de asistentes cordobesas, no sólo por ser la provincia organizadora, sino porque es una de las provincias donde hay mayor formación académica”.
“Hubo algunas provincias que no estuvieron representadas, entre ellas las patagónicas al sur de La Pampa. Tampoco asistieron de Salta y Formosa. El trabajo se dividió en cuatro grandes comisiones y primero se planteó efectuar un relevamiento de cuántas somos, cómo trabajamos”, explicaron, tras repasar que este primer encuentro fue preparado al cabo de dos años de diálogo por las cordobesas.
Según parece, no se trata de un encuentro exclusivo de género. “En mi caso, me enganchó la aclaración de que en la diferencia queríamos encontrarnos todas –explica Estela-. En los encuentros anteriores habían llegado a la conclusión de que no querían luchar en contra de nadie”, dice, aludiendo a que no se proponen instalarse como antítesis del hombre director.
“Trabajamos en comisiones de pequeños grupos donde se planteó saber si nosotras como mujeres nos hacíamos cargo del rol. Si desde el poder autoritario, o desde el poder en la organización. Dónde dejábamos lo maternal que nacía en nosotras y cómo influía en la dirección”.
“Había muchas chicas jóvenes con mucha formación académica y a la vez, con muchas dudas. En mi grupo fuimos varias mujeres más parecidas a mi edad y eso fue una balanza –dijo Estela-. Se notó mucha inseguridad en las chicas y en nosotras no. Será la inseguridad del ignorante, la nuestra?, me pregunté. Porque tal vez yo me sienta segura desde la ignorancia”.
La diferencia en la formación académica tiene una explicación clara. “Hay provincias como Córdoba, Tucumán, Río Negro, que tienen Universidad de Teatro, de Cine y que han formado a mucha gente. También ha formado a muchos pedagogos pero a pocos artistas. Los artistas están apareciendo recién ahora”, agrega Alicia.
Durante el encuentro “hubo instancias de dirección para mostrar estilos de trabajo de cada directora, en cada provincia y los temas y grupos de trabajo fueron totalmente distintos, aunque básicamente se partía desde los mismos interrogantes”.
“Fuimos a ver luego de cada jornada, obras de teatro dentro del marco del encuentro, obras de cordobeses en cartelera actualmente y también algunas provincias llevaron sus producciones al encuentro. Ellas fueron Neuquén, San Juan, Mendoza y Buenos Aires, desde Tandil”.
Durante la exposición de las diferentes participantes quedó clara otra marcada diferencia entre los lugares donde el teatro se ofrece como una carrera desde las entidades educativas oficiales. “En Córdoba, San Juan, Jujuy, Tucumán, está lleno de salas de teatro. En Córdoba, donde se desarrollaba el encuentro, en la misma cuadra trabajamos en tres salas distintas: Quinto Deva, Espacio Blick y Cirulaxia”.
Alicia agrega que “Córdoba es una ciudad con más de 80 salas de teatro independiente. La están luchando, porque también se nota la merma de público, pero están estrenando obras todo el tiempo”.
-Cómo sintieron ustedes que está La Pampa en el concierto nacional, desde su punto de vista de mujeres en el teatro?
-“En primer lugar, debemos señalar que hay una falta de comunicación entre nosotras –dice Estela-. Nos vemos como competencia, acá en lo local, que no debería darse, porque en definitiva somos muy pocas. En relación a lo que nosotras vimos, somos muy pocas. Hay directoras en Realicó, Guatraché, Santa Rosa, pero no estamos comunicadas”.
“Nosotras no estamos solas como ocurre en los pueblos. Tenemos colegas, pero ¿por qué no podemos invitarnos a ver lo que estamos haciendo? Me parece que nos lo impide el ego”, sentencia Estela Sappa.
-Sienten que no son consideradas por sus colegas hombres?
-“No tenemos conflicto con los directores hombres”, responde Alicia Datri. “Pero eso sí ocurre en otras provincias. Mendoza por ejemplo, lo manifestó en forma expresa. Tienen una sala escrachada por ese motivo”.
-Cuáles son las diferencias más marcadas que observaron?
-“Ellas tienen muchas salas y muchas obras para dar, por eso las salas pueden sobrevivir. Las cordobesas están más politizadas que nosotras. Si le buscás la forma al encuentro, si no hubiera sido porque no se dio lugar, hubiera terminado en una base política. Se iba a una estructura política, que no era la intención. Fue un encuentro de teatreras. Esperemos que el encuentro próximo no sea político”.
-Sienten que les sirvió? Fue bueno?
-“Quedaron muchas cosas por hablar –dice Estela-. Cómo encarar una obra desde el texto, cuando el texto es de otro y no es dramaturgia del director, o del actor”.
-“Encontrarnos, hacer prácticas, hablar de nuestros saberes”-, agrega Alicia.
-“Cómo dirigimos un texto de otro? Y no quedó respondido. Quedó plantearnos esto en el próximo encuentro. Y otra de las cosas es llevar desde cada provincia un trabajo, una escena y mostrar cómo dirigimos”.
-Hubo prácticas de dirección?
-“Nos dividíamos. Unas actuaban, otras dirigían y otras observaban. Y luego de este trabajo se habló de que para dirigir hay que generar dos cosas: confianza y vínculo”.
-“Pero no hubo una directiva. Fue una puesta en común. Y también fue muy bueno descubrir otro teatro en Córdoba, un teatro diferente al de Buenos Aires. En Córdoba tienen una influencia muy fuerte del teatro Antropológico de Eugenio Barba”.
Estela Sappa, que dirigió “El vientre de la ballena”, de Cristina Castrillo, relató que “del encuentro participó Susana Palomas, quien integró el grupo de teatro “Libre teatro libre” junto a Cristina Castrillo. Como ésta, también se exilió en la dictadura y vivió en Europa y México y en el 86 volvió a Córdoba. Ahora se jubiló de la cátedra de Dirección y es directora de tesis. Fue un encuentro bastante inesperado para mí y muy lindo. Son mujeres con mucha experiencia de mundo, más allá del teatro”.