El sur de la provincia de Mendoza vendría sufriendo una crisis hídrica desde hace aproximadamente nueve años y la situación actual es definida como “grave”, por la Dirección General de Irrigación, y como “desesperante” por los propios productores.
Se hace imposible liberar más agua para los campos porque los embalses están a menos de un 25% de su capacidad, a escasos centímetros de la cota mínima, cuestión que impide el uso de turbinas.
A raíz de ello, ahora los cuyanos empiezan a mirar con buenos ojos al río Colorado que pasa libremente por el sur de La Pampa porque nunca fue cortado por ninguna provincia. Pero sus intereses están puestos en la zona productiva existente a la vera de este río que ha venido creciendo gracias a las gestiones del Gobierno Provincial nuestro.
La bodega Catena se instaló en el 2013 en territorio pampeano, y recientemente el gobierno de Carlos Verna le otorgó un crédito productivo por un monto de $6 millones que le permitirá ampliar su superficie de producción en 30 hectáreas, con lo que llegaría así a tener un total de 100.
Observando esto, ya hay dos nuevas bodegas mendocinas que están interesadas en seguir esos pasos e instalarse sobre el río Colorado: Peñaflor y Concha y Toro, según un artículo del portal MDZ.
Representantes de ambas bodegas estuvieron reunidos con funcionarios y técnicos de La Pampa sobre fines del 2018 y principios de este año y, según el medio citado, las dos compañías vienen haciendo estudios de viabilidad para analizar la opción de empezar a plantar viñedos en el sur pampeano.
Otros actores mendocinos que también estarían pensando en mudarse para nuestra provincia son los productores de General Alvear. Para ellos la única forma de quedarse en sus tierras es que se realice el trasvase del río Grande al Atuel y para eso es necesaria la construcción de Portezuelo del Viento; obra que hasta los propios mendocinos esperan con pocas esperanzas de que se concrete en el corto plazo.
Lo que son las vueltas del destino. Ahora son nuestros vecinos mendocinos, los que nos robaron el río Atuel y condenaron al exilio y la desertificación a todo el oeste pampeano donde vivían miles de productores con sus familias, los que desean venir a producir a nuestras tierras y usar los recursos que aquí existen.
¿Qué pensarían si nosotros nos comportáramos de la misma manera egoísta que lo vienen haciendo ellos hace más de 70 años? Para fortuna de ellos, acá entendemos que el agua es un derecho humano y no se le puede negar a nadie. Ojalá ellos también comprendan eso algún día.