El caso de Argentina es uno de estos: la selección sudamericana ganó en su historia dos mundiales, además en tan solo ocho años, y tiene un estatus muy importante cada vez que se juega una competición de nivel. En el mundial que se está disputando ahora en Rusia, la selección albiceleste ha empezado con mal pie tras el empate por 1 a 1 con Islandia. En este partido, además de no dar la sensación de poder tejer tramas ofensivas relevantes, el equipo de Sampaoli ha sido incapaz de ejercer cierta superioridad técnica sobre los europeos, por no hablar del error de Lionel Messi desde el punto de penal que no dio paso a una victoria importante.

En el grupo D, donde además de Argentina e Islandia están Croacia y Nigeria, por ahora los europeos son primeros con 3 puntos, tras haber ganado a los africanos. Se trata entonces de una situación complicada para Argentina, sobre el papel debería jugarse la clasificación en el primer lugar contra los croatas. El choque entre los dos equipos más fuerte del grupo sobre el papel se producirá el próximo jueves y será clave para el desarrollo de toda la competición. Eso porque Argentina sabe que no le sirve otro resultado que no sea la victoria, mientras que Croacia puede especular con un empate que le permita depender de ella misma en el último partido contra Islandia para terminar primera de grupo. El equipo entrenado por Jorge Sampaoli está entonces obligado a ganar, puesto que ya recibió muchas críticas después del inesperado empate contra Islandia y tiene que volver a levantar el ánimo y la ilusión de todo un país.

Desde siempre Argentina ha tenido que convivir con este estatus de grande selección del fútbol mundial, pero sobre todo los jugadores tienen que lidiar con las expectativas ansiosas de hinchas, prensa y ambiente. Por ejemplo, en el partido contra Islandia se han notado varios fallos individuales pero también una disposición táctica no muy atenta, lo que ha desatado la ira de todos los supuestos expertos de fútbol del país. En este contexto la tarea de Sampaoli se hace cada vez más complicada y ahora que está en juego no solamente el pase a octavos sino que también el prestigio, el técnico argentino deberá hacer hincapié en una idea innovadora para sacudir al equipo del momento complicado que está atravesando.

Con Messi al centro del proyecto deportivo, Sampaoli deberá entonces encontrar los mejores socios para el 10 del Barcelona, que necesita ser liberado de la carga emotiva que tiene en cada partido. En definitiva, él y Argentina, están obligados a ganar.