La condena fue por abuso sexual simple agravado, por la situación de convivencia preexistente con una menor de 18 años como delito continuado. La víctima fue una hija de su pareja.

A su vez, a la madre, de 35 años, le aplicó una pena de tres años en suspenso en carácter de partícipe primaria del delito. Además ordenó, una vez que la sentencia quede firme, la inmediata detención del acusado.

El conflicto penal se resolvió por la vía de un juicio abreviado propuesto por el fiscal Andrés Eduardo Torino, el defensor particular Carlos Pérez Funes y los dos imputados, quienes admitieron su culpabilidad.

Con las pruebas reunidas por el Ministerio Público Fiscal se acreditó que el hombre, de profesión constructor, efectuó “múltiples oportunidades” tocamientos a la menor, hija de su pareja conviviente, y que ello ocurrió en el domicilio materno desde que la víctima tenía 5 o 6 años hasta el año pasado. La madre de la niña, pareja del acusado, tuvo “conocimiento de los hechos y no hizo la correspondiente denuncia”, dijo el juez en el fallo.

A su vez, la imputada deberá cumplir con las siguientes pautas de conducta durante dos años: fijar residencia, someterse al contralor del Ente de Políticas Socializadoras y realizar un tratamiento psicológico.

Besi, por último, libró un oficio a la Dirección de Prevención y Asistencia a la Violencia Familiar “a fin de que se brinde un tratamiento interdisciplinario” a ella, “con el fin de evaluar la posibilidad o no de la revinculación materno-filial, con especial atención al interés superior de la niña”.