Fuimos directamente hasta el muelle por la calle más turística bordeada de restaurantes y hospedajes. Frente a orillas del lago una seguidilla de comedores pequeños ofrece la especialidad del lugar, trucha. Ahí almorzamos y en ese mismo lugar nos instalamos para quedarnos, con el regalo del atardecer cada día, frente al lago navegable más alto del mundo.
Buscando agua conocimos a varios argentinos que viven allí, quienes nos ofrecieron llenar los tanques de la camio en sus casas. Al igual que en el resto de Bolivia el agua escasea y la gente suele guardarla como oro.
Copacabana se alimenta del turismo, cada día llegan decenas de autobuses, hay horarios en que el pueblo tiene mucho movimiento y en otros la tranquilidad llena sus callecitas. La gente de allí, como en el resto del país es de pocas palabras y con sonrisa difícil, cuesta, pero a esta altura ya estamos acostumbrados.
Tiene una plaza linda y una iglesia grande pintada de blanco y celeste. No puede faltar el mercado local con sus puestos de verduras, frutas, quesos, carnes y cereales inflados, las cholitas sentadas en las calles vendiendo pan y papas, que solo se consiguen ahí. Puestitos rodantes de pollo broster que sería pollo frito y papas fritas con mucho kétchup y mayonesa, este plato es bastante popular para los bolivianos. Cada mañana me doy una vuelta y compro lo que hace falta para el almuerzo, algunas veces hay que estar atento porque según la cara del cliente varia el precio.
En la zona hay varios paseos para hacer entre ellos subir al Calvario, el cerro que esta al ladito, donde después de cientos de escalones anchos de piedras se llega a la cruz. La subida agota un poco porque aparte de estar alto seguir subiendo hace más difícil recuperar el aire, pero se llega y desde allí arriba la vista es bellísima. Se ve todo el pueblo, la bahía, desde ahí también se ve nuestra casa a orillitas de la playa y el lago Titicaca realmente impresionante, inmenso como nunca lo imagine, hermoso, calmo, pareciéndose a un espejo, silencio. Una postal inolvidable. Atardecía.
En Copacabana conocimos a otros viajeros, cuatro locos lindísimos y simpáticos, simples, que salieron desde Mercedes, provincia de Buenos Aires en una Combi. Compartimos mates, comida y mucha charla. Vamos todos para el mismo lado, seria hermoso volverlos a ver!
Como la mayoría debe saber, en muchos lugares del norte de Argentina al igual que en Bolivia y Perú se consume hojas de coca de diferentes maneras, en te, caramelos, chupetines, licores, lo más popular es mascarlas para ayudar a soportar el mal de altura. Alma nos cuenta los beneficios de las hojas de coca con lujo de detalles. Pasen y vean este lindo capítulo!
Gracias por acompañarnos!
Pueden seguirnos en Facebook: ZIRCAOS VUELTA AL MUNDO
Y para no perderse ningún capitulo suscríbanse al canal de YouTube: ZIRCAOS