MIÉRCOLES 24 de Abril
MIÉRCOLES 24 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  JUEVES 05/05/2016
Zircaos vuelta al mundo. Capítulo 42: Darjeeling, India
Empezamos a despedirnos de India cruzando por la partecita más fina, la que pasa entre Buthán y Bangladesh, en el extremo noreste, en Bengala Occidental y que desemboca en Myanmar.

Su paisaje parece ser de otro país, la vestimenta, la temperatura, las costumbres, los rasgos de la gente y otra religión… el budismo, abrió lugar a otra India.

Después de pasar la noche en la ciudad de Siliguri en el estacionamiento de un pequeño hotel con cartel de neón en cortocircuito, salimos en dirección a la montaña.

Para llegar a Darjeeling se necesita hacer un camino demasiado alto y sinuoso hasta alcanzar los más de dos mil metros. Los banderines con los rezos budistas aparecen flameando con el viento frio apenas se emprende el camino.

Tardamos más de la cuenta, el transito fue muy lento y el camino muy angosto así que con paciencia tratamos de llegar lo más adelante posible e hicimos noche a la orilla de la ruta, en solitario, en medio de un verde intenso y húmedo.

Al día siguiente salimos muy temprano parando a los pocos kilómetros en un templito budista para cargar un poco de agua aprovechando que salía de las entrañas de la montaña.

Seguimos rumbo a Darjeeling, con el intento de llegar pero unos pocos kilómetros antes el camino se encontraba cortado. Estacionamos en Ghum, el pueblito anterior a la ciudad donde acampamos en una cancha de futbol esperando tener alguna novedad. Hicimos campamento, pasando ahí dos días y en el tercero nos dieron el ok para poder seguir.

Y al fin!  Darjeeling, la ciudad conocida por sus famosas plantaciones de té. Repleto de gente del lugar y algunos turistas. Como cualquier pueblo de montaña el espacio escasea y este lugar no era la excepción, 7 kilómetros más adelante siguiendo el camino en la montaña llegamos a Lebong, donde un descampado de cara al pueblo nos regaló un lugar tranquilo.

Dejando cada día por la mañana nuestra casita ahí y tomando camionetas que se usan de taxis locales que salen a toda hora por muy poco dinero desde ese pueblo hasta Darjeeling. Dentro del coche la comodidad no sobraba ya que sube la mayor cantidad de gente posible y muchas veces éramos demasiados pero la experiencia estaba interesante conociendo gente del lugar en cada viaje.

Darjeeling está situada sobre la parte más alta de la montaña, desde allí se puede ver el Himalaya en los días limpios. Ofrece hermosas caminatas en medio de la naturaleza, el mercado local con centenares de puestos, entre ellos de comida, pescados secos, frutas, verduras, ropas, inciensos, artículos religiosos del budismo, especias y muchas cosas más. También la ciudad tiene un zoológico muy bien cuidado y un museo muy interesante que cuenta la vida de Tenzing Norgay, el montañista de origen nepalí, que realizo toda su carrera en India y fue el primer hombre que subió al Everest.

TREN DEL HIMALAYA

Lo más característico del lugar, aparte de las plantaciones de te es el antiguo Tren del Himalaya, es un ferrocarril de trocha angosta, construido a finales del 1800, en la época en que India era colonia británica. Circula entre Siliguri y Darjeeling, la línea tiene unos 80 km. Cuatro locomotoras diesel realizan el servicio pero hay una que funciona a vapor y es en la que los turistas realizan sus paseos. El ferrocarril de Darjeeling del Himalaya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una hermosa experiencia ver los preparativos para cada salida, paleando el carbón, viendo el humo que sale de sus chimeneas y todo esto entre la niebla que caracteriza el lugar en época de frio.

EL TE MAS RICO

El te Darjeeling es uno de los más codiciados del mundo, lo llaman “el champan de los tés”.  Solo ciertos tés japoneses como el té verde y el té blanco y algunos chinos le pueden hacer sombra a su prestigio. Por su intenso sabor debe beberse solo. Aparte cuenta con el privilegio de crecer a los pies del Himalaya en una altura entre los 1000 y 2000 metros, en un ambiente fresco, clima húmedo y con gran cantidad de lluvias al año. Su color es oscuro, pero según en la época que se coseche pueden conseguirse coloraciones más doradas. En muchos casos se elabora de forma tradicional, siendo un poco más costoso su precio.

Las plantaciones abundan a simple vista por donde se mire. Es hermoso verlas al atardecer, parecen alfombras que bordean la montaña hasta perderse en el horizonte. Las caminatas que se pueden hacer disfrutando del paisaje inspiran mucha paz perdiéndose uno entre las plantaciones, cruzándose con los locales mientras trabajan o acarrean agua a sus casas llevando las pesadas botellas colgadas de su cabeza. Una manera de transporte que vimos en Nepal también.

Volvimos a sacar la ropa de abrigo y a prender el calefactor cuando llegaba la noche, unos días con un poco de frio nos vino muy bien, nos dio un respiro del calor que nos venía acompañando.

Después de unos días en la ciudad alta emprendimos el regreso, los banderines con las plegarias budistas fueron desapareciendo de a poco, volviéndose a ver en las calles los colores de los saris y las vacas callejeras de la India pura…

GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS!!!!! 

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Abrazos viajeros. Hasta el próximo capítulo!!

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Diseño y diagramación: A P