Cuando me enteré de la situación de Roberto Chiris, me acordé de las palabras de Jesús: "No hay mayor amor que dar la vida por sus amigos".
Los niños rescatados por Roberto en el canal de la laguna Delfín Pérez, no eran amigos de él, y ello lo hace digno de respeto y honra.
Un hombre sencillo, de corazón dispuesto y ese estilo de vida simple, campechano e inocente lo hizo arrojar al agua para salvar a éstos niños.
Por eso creo prudente no dejar en el olvido su gran actitud para con los demás.
La noticia es triste, pero de la misma se puede aprender.
"La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo”. Sófocles
Guille Rojos