El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro , anunció ayer que subirá en un 50 por ciento el salario mínimo, en un intento de aliviar el poder adquisitivo de los trabajadores en medio de una inflación récord.
La medida, el tercer aumento en lo que va del año, parece ser la prueba silenciosa, no admitida por el chavismo, de que en el país la plata no alcanza. Además, los hospitales están despojados de productos necesarios, en los supermercados hay poca comida y en las farmacias es casi imposible conseguir medicamentos.
Tras el anuncio, el nuevo salario mínimo mensual fue fijado en 97.531 bolívares desde los 65.021 bolívares anteriores y ya está vigente. "Justicia, justicia, frente a la guerra económica", dijo Maduro en un acto transmitido en cadena de radio y televisión y en el que insistió que los problemas que enfrenta el país se deben a los planes de las potencias extranjeras que quieren terminar con el chavismo.
Con el aumento, el ingreso quedó fijado en unos 12 dólares según la tasa del mercado paralelo, con lo que se ubicaría como uno de los más bajos de América latina.
El presidente también subió a 153.000 bolívares (19 dólares) el bono de alimentación, lo que eleva el ingreso mensual integral de los trabajadores a 250.531 bolívares (27 dólares).
Maduro, que convocó a una elección de una Asamblea Nacional Constituyente, asegura que su país sufre una "guerra económica" liderada también por la oposición política y los empresarios, cuyo fin ulterior es desbancarlo.
Pero la oposición de Venezuela responsabiliza al mandatario por la grave crisis que afecta al país petrolero, por lo que inició una ola de protestas por las que ya murieron unas 84 personas.
Fuente: Reuters