Una fiesta de Año Nuevo terminó en una matanza en la ciudad brasileña de Campinas, estado de San Pablo, donde un hombre emocionalmente trastornado por su reciente divorcio invadió la casa donde su ex esposa celebraba el comienzo de 2017 y, a balazos, asesinó a la mujer, a su hijo y a otras diez personas, y luego se quitó la vida.

"Oímos el ruido de los disparos y dudamos si eran tiros o fuegos artificiales; faltaban quince minutos para la medianoche", relató en estado de shock el vecino Cristiano Machado, del barrio de Jardim Aurélia, quien asistió a otros invitados heridos que salieron corriendo de la vivienda atacada.

El asesino suicida fue identificado por la policía como Sidnei Ramis de Araújo, un físico técnico de laboratorio de 46 años, quien hacía pocos meses se había separado de su esposa, Isamara Filier, de 41 años. Entre las víctimas mortales estaba el hijo de la pareja, João Victor, de ocho años.

La tragedia comenzó cuando el hombre, armado con una pistola calibre 9 mm, municiones y unos artefactos aparentemente explosivos, saltó el muro del jardín de la casa y disparó contra el grupo de familiares y amigos que se habían juntado para festejar el tradicional Réveillon. Al menos 30 tiros fueron disparados. Tras el múltiple crimen, el atacante se pegó un tiro en la cabeza y falleció en el momento.

De las personas muertas, nueve eran mujeres. Otros tres individuos resultaron heridos de bala y fueron trasladados a un hospital cercano.

En medio de la balacera, en pánico, los asistentes a la fiesta buscaron refugio donde pudieron; un par de jóvenes se encerraron en un baño y llamaron a la policía, otras personas salieron a la calle Pompílio Morandi a buscar ayuda en las viviendas vecinas.

"Estábamos todos dentro de la casa y cuando fuimos a abrir el portón para salir a la calle a ver los fuegos artificiales, un hombre entró corriendo en el patio, pidiendo auxilio. Fue un susto grande, no sabíamos si era un asaltante, si estaba armado. Ahí mi tío lo sujetó y vio que no tenía arma, sino que estaba herido", contó Machado.

Según la Secretaría de Seguridad Pública del estado de San Pablo, el Grupo de Acciones Tácticas Especiales de la Policía Militar intervino a los pocos minutos de que se dio la alerta. Los supuestos artefactos explosivos fueron retirados de la casa para su análisis.

La policía indicó que el caso todavía está en investigación, pero, de acuerdo con los primeros testimonios dados por familiares, el hombre no había logrado sobrellevar la separación de su esposa y buscaba la custodia de su hijo. En el auto en el que De Araújo llegó hasta el frente de la vivienda se halló un grabador y un teléfono celular, cuyo contenido fue revisado para descubrir más pistas sobre los motivos que llevaron al hombre a llevar adelante el feroz ataque.

Según los primeros peritajes, De Araújo no tenía antecedentes de problemas mentales. Se desempeñaba como empleado en el Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales, tenía varios trabajos publicados sobre física y había realizado cursos de perfeccionamiento en reconocidos centros de estudios, tanto en Brasil como en Estados Unidos, Gran Bretaña y Países Bajos.

De descanso en una base militar próxima a Río de Janeiro, el presidente Michel Temer expresó sus condolencias a los familiares. "Lamentamos profundamente las muertes ocurridas en Campinas. Manifestamos nuestro pesar junto a las familias. ¡Que 2017 sea un año de más paz!", escribió en Twitter.

Los mismos deseos positivos había publicado Isamara Filier en las redes sociales pocos minutos antes de ser asesinada por su ex marido: "Para 2017... salud, paz, prosperidad y muchas alegrías".

Fuente: La Nación