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  LUNES 12/10/2015
La historia del hospital que se inauguró por cadena nacional y todavía no funciona
Se trata de una obra en Buenos Aires presentada en sociedad hace casi un mes. La construcción tendría que haber finalizado el año pasado pero se estima que estará lista en diciembre, contó Infobae.

El nuevo edificio del Materno Infantil Teresa Germani fue inaugurado por la Presidente a mediados de septiembre, pero sigue en obra y los principales servicios se continúan brindando en el antiguo hospital. Los empleados denuncian la falta de profesionales, nombramientos políticos y malas condiciones de trabajo.

"Esto no es escenografía", dijo Cristina Kirchner en la cadena nacional número 43 del año, destinada a anunciar la inauguración del Hospital René Favaloro, en la localidad de Rafael Castillo.

La foto del día mostraba a CFK ladeada por el intendente Fernando Espinoza y el candidato oficialista, Daniel Scioli, en un acto multitudinario, lleno de banderas y pancartas militantes.

La jefa de Estado presentó el nuevo edificio del Hospital Municipal Teresa Germani, destinado a reemplazar al antiguo centro de salud y a ampliar su atención. Se presentó la flamante construcción ubicada en la avenida Luro al 6500, a pocos metros de la estación Gregorio Laferrere, del Belgrano Sur.

La construcción del "nuevo Germani" se inició en 2010 en el marco del plan Hospitales del Bicentenario, con una inversión de 96 millones de pesos. El edificio se erigió sobre una antigua plaza municipal y, una vez finalizada la obra, se prevé demoler parte de la antigua construcción para devolver a los vecinos un espacio verde.

Según los empleados del hospital, la obra tendría que haberse terminado el año pasado pero los plazos se alargaron y su culminación está prevista para diciembre de este año. En el segundo piso todavía hay obreros trabajando, donde se instalarán los principales servicios; el quirófano, salas de parto y neonatología. Sin embargo, los tiempos electorales apuraron la inauguración y, cadena mediante, se anunció su puesta en marcha.

De ese día quedó una pancarta que puede leerse desde una de las esquinas del predio y reza: "Gracias Cristina y Fernando por el hospital". El cartel está rodeado de alambres que resguardan baldosas apiladas, ladrillos, arena, una mezcladora de cemento y otros materiales de construcción, que son parte del obrador, ubicado a un lado de la entrada principal.

Un enfermero, que prefirió no revelar su identidad, dijo que el día del acto ni siquiera estaba terminada la vereda de la entrada. Actualmente, solo se utiliza la planta baja del edificio y una parte del primer nivel, donde está la sala de ecografías y, próximamente, se habilitarán los equipos de rayos. A la derecha de la recepción, comparten el espacio un laboratorio, el servicio de hemoterapia y un centro vacunatorio, que será trasladado al viejo edificio porque entorpece otras actividades.

El principal servicio que funciona en el flamante edificio es el de consultorios externos. Mediante un sistema informatizado para solicitar los turnos, se atiende desde las siete de la mañana. En ese caso ocurrió otra inauguración "de apuro", luego de que en su monólogo de "Periodismo Para Todos" el domingo 20 de septiembre, Jorge Lanata mencionara que el hospital no se había terminado. El lunes siguiente, los empleados del Teresa Germani recibieron instrucciones precisas de las autoridades del Hospital para hacer una mudanza exprés de los consultorios.

La entrada a la guardia está cerrada. Las urgencias llegan al antiguo edificio del Germani, el verdadero corazón del hospital, ubicado frente al nuevo edificio. Por sus estrechos pasillos pasa la mayor parte del plantel de médicos y enfermeros que atienden a los pacientes. En la sala principal, hay decenas de mujeres embarazadas y niños esperando su turno. Algunos se acercan, golpean directamente las puertas del consultorio y esperan parados en los pasillos.

Los azulejos rotos, las paredes descascaradas, la puerta de metal sin manija que separa el quirófano de la sala de espera, cables de electricidad a la vista, los letreros de los consultorios escritos con marcador rojo y los tubos de luz con telarañas contrastan con la imagen del inmaculado hospital de enfrente. La única presencia de seguridad, momentánea, es la de un policía que lleva a curar a un pibe herido y esposado; mientras que del otro lado de la calle hay un empleado de una empresa privada que recorre las instalaciones. En el viejo hospital se encuentran las salas de parto, el quirófano y neonatología.

Los trabajadores explican que en los últimos años hubo una sangría de médicos y enfermeros que, debido a los bajos sueldos y a las pobres condiciones laborales, optan por trabajar en el sector privado.

A diferencia del trajín del viejo edificio, el primer piso del nuevo hospital está deshabitado. En sus pasillos solo se ve al personal de limpieza y a los obreros que continúan su trabajo. Allí se encuentran las camas de internación, y shock room para niños y adultos. Todo el equipamiento está listo para ser estrenado, pero como falta construir el segundo piso, donde estará el quirófano, la sala de parto y neonatología, el verdadero núcleo del materno-infantil, todavía no puede utilizarse.

Los trabajadores del hospital aseguran que el presupuesto no es el problema. Todo el equipamiento es nuevo, el sistema de atención es igual a los de los centros privados, y los insumos cubren los pedidos del personal. La principal carencia es el personal. En total, el hospital tiene 350 empleados, la mitad de lo que necesitaría, y muchos están próximos a jubilarse. Hasta ahora se tomaron 12 personas de maestranza y seis médicos.

La falta se siente especialmente en los puestos profesionales: hace cuatro años el hospital contaba con 25 pediatras, hoy solo hay 4. En parte, esto se debe a los bajos salarios ya que, en promedio, un médico ingresante cobra 12 mil pesos, de los cuales alrededor de 4 mil corresponden al básico. Las enfermeras que recién egresan, permanecen en el hospital entre cuatro y seis meses, período que corresponde a sus prácticas, para luego buscar mejores condiciones laborales en el sector privado.

Al tener que cubrir tareas en ambos edificios, muchos empleados de limpieza y maestranza deben desdoblar su trabajo. Además, las características del edificio requieren un plantel técnico capacitado de gasistas, electricistas e informáticos que actualmente no existe. Eso plantea un desafío porque la actual cultura a la hora de dar empleo es favorecer a familiares, vecinos y "militantes" de los punteros locales, según apuntan los empleados del Germani. (Infobae)

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 12/10/2015 | 19:55 Hs
Enviado por Mordis
Nada de todo esto es novedad, ni las cadenas de cadenas nacionales violando sin pudor la ley; lo realmente curioso es que sigan encabezando las encuestas, ¿es apatía?, ¿es vivir el presente sin que nos importe el futuro?
 
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Diseño y diagramación: A P