Una vez más, las calles de General Pico se convirtieron en una pista de autos (chocadores). Este martes, minutos antes del mediodía, tres vehículos se vieron involucrados en un espectacular siniestro de tránsito. Como siempre, la velocidad y el cruce temerario de las bocacalles fueron determinantes.
Por fortuna, sólo hubo que lamentar daños materiales. De todas maneras, debió montarse un gran despliegue de seguridad que incluyó a efectivos policiales del Comando Radioeléctrico, Comisaría Primera, Bomberos Voluntarios y el Servicio de Emergencias Médicas. Ningún conductor resultó con heridas serias.
A esa hora del día, cuando “todos quieren llegar rápido a casa” o vaya uno saber a dónde, una camioneta Toyota Hilux circulaba por calle 40. El vehículo de gran porte era conducido por Emanuel Hirch de 29 años. Al llegar a calle 13, fue impactado por un pequeño (pero potente) Chevrolet Spark, al mando de Sara Ríos (56).
Como consecuencia de la colisión, el conductor de la camioneta perdió el control y terminó volcando para finalmente golpear a un Ford Ka, guiado por una joven de apellido Lobos, que llegaba a la intersección de 13 y 40. Para sorpresa de la conductora, una Toyota Hilux casi le cae encima de su vehículo.
Esta vez, la suerte estuvo del lado de los tres conductores ya que ninguno debió ser trasladado al hospital. Pero el susto fue grande y el saldo podría haber sido peor. Está claro que existen prioridades de paso en todas las esquinas, pero si no se empieza por respetar las velocidades máximas permitidas, la ciudad seguirá siendo tierra de “rápidos y furiosos”.