Un hombre que había apostado en una cuadrera clandestina en Atahona, Tucumán, entró en desesperación cuando vio que perdía el caballo por el que había depositado una importante suma de dinero.

Dispuesto a todo, con tal de no perder su apuesta, se metió en la pista en plena carrera para que se suspendiera y poder salvar su plata. La temeraria acción terminó con su vida.

El hombre entró a la pista y cortó la cinta de llegada, por lo que los organizadores anularon la competencia, que era ilegal. Enfurecidos, un grupo de apostadores se abalanzaron sobre él y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

El burrero fue identificado como Julio César Gómez y murió camino al hospital de Simoca.

La policía estima que por lo menos 100 personas participaron del salvaje ataque a Gómez. De acuerdo al informe forense preliminar, su cuerpo no tenía heridas de armas de fuego ni signos de haber sido apuñalado.

El hombre habría muerto por un fuerte golpe en la cabeza ya que, aparentemente, tenía una placa de platino en el cráneo.

La Fiscalía de Feria que intervino en el caso todavía no ordenó la detención de personas sospechosas de haber participado en la violenta golpiza al apostador.

Fuente: Todo Noticias