En el tercer día del juicio por el crimen del cazador Santiago Garialdi declararon psicólogos y psiquiatras que atendieron al acusado, el policía Fernando Martín Safenreider.

Una de las que lo atendió, la psicóloga Liliana Capello, dijo que en una de las entrevistas el imputado le confesó: "Me cagué todo y disparé". Y agregó: "Me dijo que su intención fue tirarle a las gomas porque se sintió atacado" por los cazadores.

La psicóloga Capello fue la primera en declarar y dio importantes datos sobre la personalidad de Safenreider y por qué disparó contra la camioneta cazadora donde iba Garialdi, según publicó Diario Textual.

"Safenreider tiene características de personalidad con inmadurez emocional. Su pensamiento es bastante rígido, ajustado al deber ser. Entiende que el trabajo de policía es para ayudar al otro", dijo.

Aseguró que por lo que pasó siente "un gran sentimiento de culpa", y aseguró que en su personalidad "no aparecen elementos de violencia".

¿Qué le pasó a Safenreider en ese momento?, le preguntó el abogado defensor, Mario Aguerrido. "Él escuchó disparos y reaccionó sin mediar una estrategia de lo que estaba sucediendo. Se asustó mucho. Me dijo claramente 'me cagué todo', y disparó. Su intención fue tirarle a las gomas porque se sintió atacado. Simplemente actuó por el susto, que lo descolocó", respondió Capello.

Respuesta impulsiva

La psicóloga reveló que en la entrevista Safenreider le contó que no sabía cuántos disparos efectuó contra la camioneta de los cazadores. "Tomó el arma ydisparó. Fue una respuesta impulsiva. No hay antecedentes de enfrentamientos en su historia. Es un tipo tranquilo", aseguró.

¿Entiende que fue algo planeado por Safenreider?, le preguntaron. "Para nada", respondió, y agregó que el policía le dijo que "le gustaría hablar con la mamá (de Garialdi) para pedir perdón".

La licenciada Capello contó además que en los informes que figuran en la causa la psicóloga de la Policía, Marcela Paladino, previo al hecho encontró en Safenreider "un grado de ansiedad importante" y le recomendó un tratamiento psiquiátrico y psicológico. "Le dio un antidepresivo y un ansiolítico", reveló.

"Él quería dejar la policía porque no le gustaba. Se lo dijo a su jefe y éste fue quien le recomendó ver a Paladino", agregó.

Dijo que el policía fue a ver a otros profesionales, los doctores Lalli y Feliciani, y no lo medicaron. Al cabo de un tiempo le dieron el alta y cuando volvió a ver a Paladino ésta aceptó el alta y le recomendó volver a la fuerza, pero sin el arma.

El psiquiatra

Otro de los testimonios que se escucharon en la jornada de hoy fue el del psiquiatra forense Martín Telleriarte, que lo entrevistó tres veces a Safenreider.

"En la primera entrevista no tenía patología psiquiátrica aguda, podía comprender y dirigir sus acciones. No había alteración morobosa de sus facultades", dijo.

"Se constató un pensamiento rígido, estructurado, con cargas de ansiedad y baja tendencia a la frustración", afirmó.

"En la segunda entrevista -siguió- los síntomas de angustia y ansiedad estaban más exacerbados. Y en la tercera entrevista lo encontré mejor en términos anímicos porque tuvo un refugio desde la fe y la creencia que lo ayudó a sostenerse", explicó.

Según Telleriarte, en las entrevistas no se advirtieron rasgos psicopáticos. "Es una persona que se frustra rápidamente, pero no noté aspectos de impulsividad", dijo.

Sobre el hecho, reveló que Safenreider le dijo que "se sintió amenazado".

"Me dijo que recibió disparos y lo que hizo fue repeler ese ataque como una situación de defensa. Pero no surge una anticipación de esa conducta", agregó.

Peritos de Gendarmería

El juicio oral y público contra Safenreider continuará el 29 de noviembre, día en que declararán los peritos de Gendarmería Nacional.

Safenreider está imputado del delito de homicidio doblemente agravado por ser cometido por un miembro de las fuerzas de seguridad en abuso de sus funciones y agravado por ser cometido con arma de fuego, en concurso real con lesiones leves agravadas por el mismo motivo.

Se lo acusa del crimen del cazador Santiago Garialdi, ocurrido el 24 de julio de 2016, en un cruce de caminos entre Lonquimay y La Gloria, a unos 55 kilómetros al este de Santa Rosa.

(Diario Textual)