En abril de este año, un grupo de personas de entre 40 y 50 años llegó a la Fiscalía de General Pico, para denunciar situaciones de suplantación de identidad, un delito imprescriptible, considerado de lesa humanidad por las cámaras federales que debieron fallar en casos ocurridos durante la dictadura militar.
Una de las personas que arribó a la ciudad era Carlos Taboada, nacido en General Pico durante la década del ’60, quien hoy está radicado en Santiago del Estero y aparece como la persona que habría encontrado a su familia biológica.
La noticia se dio a conocer en el sitio de Facebook "Busco madre biológica La Pampa", un grupo creado a partir de las numerosas denuncias por supresión de identidad y robos de bebés en General Pico. Actualmente, se lleva adelante una causa penal por el delito de "supresión de identidad", a cargo de la Justicia Federal de Santa Rosa, caso que fue enviado por el fiscal general de la Segunda Circunscripción Judicial, Armando Agüero.
Una vez hecha la publicación, surgieron algunos inconvenientes que obligaron a su inmediata eliminación. Sucedió que se dieron a conocer nombres y apellidos de los familiares biológicos, algo que debería haberse omitido desde un primer momento.
Carlos Taboada, junto a Andrea Langhof y Daniel Cahaldo, son las caras visibles de estos hijos que buscan su verdadera identidad, aunque representan hasta la fecha un total de casi treinta personas, tal cual publicó MaracóDigital el pasado 12 de abril. (Hacer click aquí para acceder a más información)
Por último, y vale la pena aclararlo también, el propio Carlos Taboada cometió el error de publicar el nombre y apellido de su supuesto padre biológico en General Pico (fallecido). Algo que facilitó aún más el “error” que luego reprodujeron algunos medios gráficos de la provincia.
Desde este medio, como lo hicimos en aquella primera nota, hemos decidido omitir los nombres de los sospechados. Pero los mismos constan en las denuncias y será la Justicia la encargada de determinar si tienen responsabilidad en los hechos, si fueron casos aislados o si -como suponen los denunciantes- fue una verdadera “asociación ilícita” que se apropió de la vida de inocentes para hacer negocios con ellos.