En medio de la conmoción política que sacude a Uruguay, tras la renuncia del vicepresidente Raúl Sendic salpicando en un escándalo de corrupción, la palabra de José “Pepe” Mujica instó a la reflexión. El expresidente oriental pidió dimensionar la escala de lo ocurrido en su país y lo hizo a través de una comparación.
“Ahora, ojo, en Brasil aparecen bolsones de plata, en frente [por Argentina] unas monjitas tiran unos bolsones de plata, y nosotros discutimos unos calzoncillos, démosle dimensiones a las cosas, por favor”, sostuvo “Pepe”, en una entrevista con el programa uruguayo Telenoche.
“Creo que Uruguay es fundamentalmente sano, lo cual no quiere decir que seamos perfectos, ni pecadores”, agregó.
Mujica lo dijo en referencia a dos fotos escandalosas de casos de corrupción en la región. Por un lado, el del exsecretario de Obras Públicas K, José López, que fue detenido cuando lanzaba bolsos con millones de dólares a un convento de monjas.
El otro caso que mencionó es uno más reciente, en Brasil, donde se encontraron valijas con 16 millones de dólares en el departamento de un exministro de Michel Temer.
La renuncia de Sendic ─al que se le objetaban su gestión en Agencia Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland, un título apócrifo de Licenciado en genética humana y gastos injustificables con tarjetas corporativas─ hizo que la senadora Lucia Topolansky, pareja del “Pepe” quede como sucesora de Tabaré Vázquez.
“Topolansky es vieja militante del partido, va a asumir lo que le pida su organización y sus circunstancias”, sentenció Mujica, en una charla en la puerta de su chacra.
El expresidente sostuvo que “no lo sorprendió para nada” la salida del vice, con el que habla a diario por teléfono, pero pidió calma dentro del Frente Amplio.
“Un viejo principio dice que Dios se sirve de los arrepentidos y el Diablo se sirve de los ofendidos, siempre hay que pensar varias jugadas más adelante ─reflexionó─. En toda esta discusión no se pensó que puede pasar con los eventuales votos que apoyan al gobierno en el Parlamento”.
Pensando en el cómo se despliegan las piezas del ajedrez de la política, Mujica trató de calma los ánimos con los seguidores (y sobre todo parlamentarios) del ahora exvicepresidente.
Fuente: Clarín