“El peronismo es el movimiento que corta todo el progreso de la Argentina: aceptemos la realidad, Argentina era un país abierto, integrado al mundo". Cuando el escritor peruano Mario Vargas Llosa pronunció la frase en el hotel Alvear esta mañana, ya habían pasado unos treinta minutos de su conversación con los periodistas Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy. Provocó el primer aplauso de la mañana.

Convocados por la Cámara Argentina de Comercio, los hombres de negocios que coparon hoy la sala de conferencias del Alvear escucharon a Vargas Llosa felicitar a la Argentina por las "reformas radicales" que estaba tomando el Gobierno de Mauricio Macri "para acabar con un pasado que estaba llevando a la Argentina por un rumbo catastrófico, hacia un modelo semejante al venezolano".

"Se necesita mucho coraje para hacer lo que están haciendo en Argentina, interrumpir ese populismo suicida y, con reformas radicales, enderezar la dirección de esta sociedad en el camino del progreso verdadero", aseveró.

Según Vargas Llosa, que ayer almorzó con el presidente Mauricio Macri en Olivos, "pasado este momento difícil de sacrificios", Argentina podría convertirse en un faro para el resto de países de América Latina si logra "abrirse e integrarse a los mercados del mundo, crear unas leyes que sean verdadermante incentivadoras para la inversión".

También habló sobre Brasil. A diferencia de los que ven con preocupación las protestas contra el gobierno de Dilma Rousseff, el escritor se mostró optimista. "Es una protesta del sector más sano e imaginativo del país frente a una democracia gangrenada por la corrupción. El mundo había santificado a Lula y de pronto los brasileños empiezan a descubrir que el régimen de Lula es la fuente de una corrupción que no tenía precedentes", dijo. De acuerdo con Vargas Llosa, "lo que está ocurriendo en Brasil es sano, sanísimo" y muestra de "la libertad que ha permitido que eso salga a la luz".

Preguntado por Morales Solá, habló del problema del narcotráfico y de la que habría sido su propuesta en caso de ganar las elecciones de Perú en 1990, cuando se candidateó como presidente por el Frente Democrático. "No tenía otra solución que la legalización y es una convicción que se ha ido reforzando todos estos años al ver cómo crecía el narcotráfico en Latinoamérica y la irrealidad de creer que con una política represiva se puede acabar".

Sobre la corrupción, otro de los temas de la charla, también aportó un enfoque original. "La corrupción nace de legislaciones poco realistas que estimulan la transgresión de la ley", dijo. Una premisa que le sirvió para explicar por qué había tanta corrupción como buenos escritores en la región: "La irrealidad es buena para la creación artística y literaria pero no para la vida política".

Fuente: Clarín