El viernes de Alfredo Cornejo fue sorpresivo. Llegó a Buenos Aires en un vuelo de línea (Mendoza no tiene avión oficial, contó) para participar de la reunión en el Congreso con ministros nacionales y otros gobernadores en la búsqueda de un consenso para aprobar el lunes la reforma previsional junto con el pacto fiscal.

Fue del Congreso al Comité Nacional de la UCR, a doscientos metros, para participar también de las negociaciones por la presidencia del partido. El ala crítica, que pide discutir medidas del Gobierno y el ala más conciliadora, en la que está, acordaron una lista de unidad con todos los sectores integrados. Y él, que no quería asumir la responsabilidad para dedicarse a pleno a su provincia, terminó aceptando pero con condiciones.

-¿Cómo lo convencieron de ser presidente de la UCR?

-No venía con esa expectativa. Me convencieron con armar una mesa donde estén todos los gobernadores, los principales intendentes. Porque varios de nosotros, y yo en particular, creemos que nuestra responsabilidad es fortalecer Cambiemos. Y que el radicalismo debe ser muy protagónico en Cambiemos sin perder su identidad pero como prioridad de lealtad a Cambiemos. Y Cambiemos es lo mejor que le pudo haber pasado a la Argentina en esta instancia.

-Varias veces el radicalismo pidió influir más

-Creo que el radicalismo necesita influir más en Cambiemos pero también la Argentina necesita de un partido sólido con gran despliegue territorial para la solidez institucional de la Argentina. Pero es un deber nuestro construir eso, no es reclamarle al otro. Construir esta mesa con los gobernadores y los principales intendentes un poco es lo que da un puntapié inicial para ser mucho más incluyente en el sistema político. Que se le respete más ese espacio.

-¿Cómo lo instrumentarían? ¿Reuniones periódicas, mesa de diálogo?

-Los gobernadores tenemos una relación de bastante diálogo con el jefe de gabinete en particular y con el Presidente Macri. En particular en mi caso pero también Gerardo y Ricardo Colombi que ha dejado la gobernación tenemos una relación estrecha con Marcos Peña y con el Presidente. Creemos que eso hay que trasladar a la relación del radicalismo. O sea, un mayor diálogo y un mayor protagonismo de nuestros bloque que han sido muy leales a Cambiemos en estos dos años de gobierno y muy orgánicos y han debatido sus diferencias al interior de Cambiemos y no para afuera.

-Varios de los discursos en el plenario de delegados hicieron referencia a los roces de algunas decisiones del Gobierno con los pilares del radicalismo. ¿Se va a dar la discusión dentro de Cambiemos y si se pierde se acompaña aunque no les guste?

-Esa tiene que ser la dinámica de un frente o de una coalición. Nosotros creemos que eso hay que hacer en los interbloques y también debe ser en los temas estructurales del Gobierno. No se le puede estar pidiendo al Presidente estar en el día a día de sus decisiones, pero sí en los temas estructurales. Y también reservarnos para nosotros las diferencias públicas en temas que creamos en un futuro… si hay un tema donde se violan los principios fundantes de esta coalición y del radicalismo, bueno, mostrar esas diferencias. Hasta aquí no ha hecho falta y no avizoramos que tenga que hacer falta en el futuro, asique no tenemos por qué tener prejuicio… Pero…debemos reservarnos algún espacio para eso…

-Si algo no les gusta…

-Algo que sea estructural, no discutir por las formas sino por el fondo más que nada.

-¿No al estilo Elisa Carrió?

-No ponga en palabras mías lo que se dijo. Yo tengo un gran respeto por ella y creo que hace una buena contribución a esta coalición. Sí probablemente al ser ella predominante en su partido tiene una libertad de opinión que el Gobierno se la permite también.

-No es el estilo radical, según los discursos oídos en el plenario

-Lo que dijeron los oradores fue que somos un colectivo de debate y es orgánico el partido.

-¿Y en ese colectivo orgánico, una es la posición de la Convención y otra del Comité Nacional? Desde la Convención hubo planteos a la reforma laboral por ejemplo…

-No veo. Al contrario. Todos nosotros estamos dispuestos a tener mucho diálogo para adentro y no vemos una gran diferencia. Por ahí alguna declaración ha sido magnificada.

(Infobae.com)