Las cosas por su nombre. El fallo de la Corte Suprema de Justicia que se dio a conocer el pasado 1 de diciembre favoreció a La Pampa ya que dictaminó que en un plazo no mayor a los 30 días, nuestra provincia junto a Mendoza y el Estado Nacional deben determinar un “caudal hídrico apto” que tiene que escurrir por el río Atuel, el cual sirva para el desarrollo humano y la “recomposición” del ecosistema del noroeste pampeano.

Los mismos actores cuentan con un período de 4 meses para ponerse de acuerdo y conformar un proyecto de obras a llevarse a cabo con el fin de arribar a una solución que respete la interprovincialidad de la cuenca y los derechos de los habitantes de ambas jurisdicciones.

En pos de ese objetivo fue que se reunieron los gobernadores Carlos Verna y Alfredo Cornejo, el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el Subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, Pablo Bereciartua. Allí lograron conformar el Consejo de Gobierno y se comprometieron a llevar a cabo la primera reunión del Comité Ejecutivo el próximo jueves 14.

Sin embargo, también hubo algunas discrepancias. La más notoria fue respecto a la delimitación del caudal hídrico: La Pampa considera que debe ser fijado de forma inmediata pero Mendoza sostiene que, aunque se debe respetar el plazo exigido por la Corte Suprema, el mismo no puede definirse de manera independiente al plan de obras.

El dictamen judicial dice que las obras deben tener en cuenta la conflictividad del río Atuel, es decir, resolver el problema del acceso al agua potable de los habitantes, solucionar el conflicto de las comunidades originarias, así como tener en cuenta el ecosistema y el desarrollo agroeconómico.

Por tanto, la posición mendocina es errónea porque un aspecto a tratar es el caudal fluviecológico y otro asunto aparte es el proyecto de obras que se deben construir.

Cornejo y sus funcionarios seguramente intentarán recurrir a todos los artilugios que encuentren a mano con tal de no cumplimentar o dilatar lo más posible lo dictado por el Superior Tribunal. Sufrieron un fuerte revés semanas atrás cuando el punto 1 del reciente fallo desestimó el planteo de cosa juzgada, uno de los argumentos principales de los cuyanos.

Luego, acusaron problemas con los vuelos aéreos para llegar a Buenos Aires y obligaron a que se postergara la reunión que recién pudo realizarse hoy.

Según La Pampa, el caudal hídrico apto que logre reparar el medio ambiente del noroeste debe ser de 4,5 m3/s con menos de 2gr. de sal por litro de agua. Una vez conseguido esto se podría comenzar con las obras para obtener un escurrimiento de 9 m3/s que es lo que la Universidad Nacional de La Pampa calculó como necesario para poder desarrollar actividades agroeconómicas y asegurar agua potable para todos los habitantes de la zona.

En cambio Mendoza afirma que primero se deben hacer las obras y después empezar a entregarnos agua pero, obviamente, no hablaron nada respecto a los plazos de tiempo que conllevarían las obras en cuestión por lo que si aceptamos su planteo correríamos el riesgo de terminar esperando otros 20 años más, como ya nos ocurrió.