En el encuentro del Grupo 2 entre “Albos” y “Tricolores”, que se desarrolló con normalidad hasta el tramo final, el árbitro Cristian Ramonda decidió suspenderlo a los 36 minutos del segundo tiempo ya que no estaba garantizada la seguridad.
¿El motivo? Con el partido resuelto, donde los castenses ganaban por un triplete de Daniel Eizaga, dos goles de Alan Caser Chaves y el restante de Matías Bruno, desde un sector minoritario de la parcialidad visitante (hubo un centenar de hinchas de Belgrano) arrojaron una botella de vidrio que cayó a unos cuatro metros del juez de línea Juan Manuel Figueroa.
Debido a lo ocurrido, el asistente avisó a Ramonda y el juez principal paró el encuentro. Allí informó la situación al jefe del operativo policial y dos efectivos se colocaron detrás de Figueroa, que tenía a sus espaldas a un grupo de hinchas del “Tricolor”. Quedaban menos de 15 minutos para el cierre del juego.
Mientras se trasladaban -instantes después- los otros dos policías al sector para que no ocurran más inconvenientes y queden los cuatro uniformados detrás de Juan Manuel Figueroa, volvieron a caer proyectiles. En este caso, fueron piedras (una la arrojaron cerca del asistente).
Al ver caer otra piedra, desde la policía avisaron a Ramonda que el encuentro debía terminar y el motivo de la suspensión fue “falta de garantías” a los 36 minutos del segundo tiempo, confirmó a Maracó Digital el árbitro Iván Ramonda segundos después de tomar la decisión.
Por reglamento, el partido quedará terminado con victoria de los locales por 6-0. Ahora habrá que esperar si el Tribunal de Disciplina (desde este año a cargo del Gobierno provincial) aplica una multa/sanción a la institución santarroseña o toma medidas mayores pensando en lo que viene.
En el estadio de Racing Club hubo alrededor de 700 espectadores y, quitando este inconveniente, los protagonistas y simpatizantes de ambos equipos se retiraron de la cancha con normalidad.